Un instante de inspiración en el centro preciso de Juan Pablo Patiño y el cabezazo anticipando de Jefry Zapata permitió que Once Caldas transformara en empate lo que pintaba como derrota, y de una vez por todas, sin objeciones, asegurara su presencia en la semifinal.

Haciendo un regular encuentro y sin aproximaciones al arco del Tolima, fue la expulsión de Brayan Rovira el condicionante para un buen remate, igualar e inclusive acercarse a la victoria, en ese valioso botín por la calidad del rival y como termómetro para lo que sigue.

También con dosis de suerte. En los últimos juegos los goles llegaron sobre el cierre y por la vía aérea: contra Pasto al minuto 93 por intermedio de Juan David Cuesta para el 2-1 y en Ibagué el 1-1 a los 90 con Jefry Zapata. Ya frente a Pereira, por la octava fecha, Mateo García había anotado el 0-1 al 95.

De nuevo Once Caldas en los cuadrangulares como en el primer semestre tras un lustro de oscuridad, y con posibilidades de buscar más por las cifras de la campaña: clasificado cuatro fechas antes y segundo en la tabla, lugar que, de sostener, le consentirá ser cabeza de serie con sus consecuentes ventajas.

Todavía quedan cuatro partidos: Fortaleza, Santa fe, Junior y América, solo el primero y el tercero en Palogrande, calendario nada fácil, pero sin la urgencia del marcador y con la seguridad que ofrece el proyecto liderato por Hernán Darío Herrera, no tanto las circunstancias adversas recientes.

En el Murillo Toro no estuvieron Jorge Cardona por una sobrecarga muscular, ni Lucas Ríos por un golpe en el tobillo, y ahora pierde a Mateo García, mínimo tres semanas, por esguince de rodilla y para el siguiente choque a Juan Pablo Patiño por acumulación de amarillas. Recordemos además que Dayro fue baja contra Alianza.

Imponderables que afectan el desarrollo del plan, susceptibles de que se presenten y que se deben prever desde la planeación inicial de la temporada, poco notorios en este Once Caldas que ha gozado de espacios largos entre cada jornada profesional, beneficio del que no dispondrá en las instancias decisivas del certamen.

De allí las preocupaciones en torno a la conformación de la plantilla por su baja cobertura, poniendo en problemas al cuerpo técnico que en ocasiones se siente demasiado crédulo en este grupo de jugadores al que, sin duda, le faltan sustitutos de categoría. Alienta, sin embargo, el gol de Jefry Zapata para que se incentive y el buen producido de Roger Torres, factor determinante cuando ingresó a los 64 minutos. Fue el conductor, se apersonó y mostró talento. Continuidad es lo que requiere dadas sus características.

Ha perdido consistencia Once Caldas, pero sigue siendo un equipo confiable. Como van las cosas en la liga, ocho grandes serán los protagonistas y la exigencia aumentará, con la esperanza de que pueda mantener la idea de juego y los relevos eleven nivel y categoría. Michael Barrios anda bajo, Luis Palacios es un extremo de ida y vuelta en deuda con su aporte ofensivo, Dayro estuvo desaparecido en Ibagué, y ojalá quien llegue por Mateo García esté a la altura porque se va quien representa el equilibrio en el campo y se distingue como el mejor jugador del año. El trabajo genera confianza.

Hasta la próxima...

 

Mario César Otálvaro (548)