Alguien ha dicho que el silencio es la calderilla de la Palabra. En el libro del Génesis se hace eco de ese pensar; al comienzo había silencio y oscuridad hasta que el Creador lanzó la Palabra y hubo luz y movimiento, cantando orden, belleza y esplendor.

La quietud y el silencio brotaron en comunicación. El hombre ya evolucionado, en medio de lo creado, empezó a comunicarse con otros. En Grecia Maratón trae anuncios; luego el humo y después el tambor usan signos para comunicar peligros, triunfos, derrotas. La inteligencia humana descubrió la agilidad de las aves para comunicar mensajes; la trompeta irrumpió sonora desde las torres y el alto de las montañas, las palabras organizadas se hicieron alerta y publicidad.

Hoy la técnica de los medios de comunicación modernos han agilizado y clarificado en códigos sabios y universales el arte necesario de la comunicación que personas sociales han acercado pueblos y culturas, y personas y entidades destructoras han traído mentira, alejamiento, odios y muerte.

Así como en el Chocó, en el sitio Noanamá, la religiosa Hermana María del Carmen desde 1950 llegó para crear lazos de unidad recibiendo a desplazados en su refugio, creando comunicación amorosa, de igual manera en sitios y hogares hay personas que con violencia verbal y física gestan incomunicación, miedo y destrucción.

Alguien anota que quien tiene buena comunicación y medios aptos para hacerlo tiene el poder de extender sus deseos y actos. Muchos aceptan como único medio de veracidad lo que los medios de comunicación anuncian.

Esta fecha 12 de febrero, de 1931, tiene alto valor para la comunicación de la Verdad, de la Palabra definitiva e iluminadora llamada Jesucristo, Logos y Palabra eterna. Ese día, a las cinco de la tarde, el papa Pío XI conectó el cable que lanzó al mundo las primeras palabras en este medio sonoro: "laudetur lesus Cristus" (alabado sea Jesucristo).

Allí junto al papa estaba el genio de las comunicaciones Guillermo Marconi, gestor de la técnica para captar y emitir sonidos.

Ese día nació Radio Vaticana, que hasta hoy es vehículo oficial de los comunicados de la Iglesia. Día de un paso plausible bajo la luz del Espíritu Santo y el Amor universal desde Jesucristo; un chispazo soberano como en el principio creacional.

Años más tarde, el 4 de diciembre de 1963 al concluir la primera sesión del Concilio Vaticano II, se conoció el documento titulado "inter mirífica": la Iglesia hace una vez más la opción por el uso de los modernos medios de comunicación para el anuncio de la Buena Noticia a la humanidad. Benditos hechos vitales que llenan de esperanza.