Me hizo llegar Hernán Meneses la reacción de Armando Rodríguez Jaramillo a mi columna pasada. Celebro el interés, pero debo recalcar que la escribí pensando en Manizales y Caldas siendo un tema que no atañe a otras regiones a pesar de que se mencionen. Entiendo que don Armando, un buen quindiano, se sorprenda al oír una voz que no hable del Gran Caldas y de su reintegración, actitud muy común en Manizales.
Quiero aprovechar y explicarle a don Armando que mi columna no tiene la suspicacia que entrevé en mi escrito, solo comparo circunstancias que diferencian esas regiones que tuvieron un pasado común. A Caldas lo divide la Cordillera Central y hasta el río Cauca es reconocido como una frontera histórica. Quindío y Risaralda no sufren ese fenómeno. Para Quindío y Risaralda la declaratoria de la UNESCO es un asunto que no causa exclusión, en Caldas deja a más de medio departamento por fuera. La atención de muchas oficinas del Departamento gira alrededor de ese error, constituyéndose la declaratoria en Caldas en una injusticia si se mira desde la igualdad anclada en la Constitución. Allá en el sur, Risaralda y Quindío quedan al sur de Caldas, no pasa eso.
Tengo otra preocupación: Manizales es la cabecera del departamento y a la vez es la cabecera de un municipio y veo que esos roles se están desdibujando en detrimento del departamento. Invito a don Armando a que analice el caso de Aerocafé: aquí Manizales actúa solo como municipio, descuidando en sus decisiones al resto del departamento. Creo que don Armando, sí mira con atención, llegará a la conclusión de que gran parte del fracaso de ese volátil proyecto se debe a esa confusión de tareas.
Tomar a mal que quiera advertirles a mis paisanos de ese error, de insistir en que somos diferentes y que tenemos necesidades diferentes, es una posición que no me explico. Decir que veo un gran Caldas al otro lado del obstáculo llamado Cordillera Central, al cual Manizales le debe dar prioridad, no puede alterar a nadie. La palabra Eje Cafetero, que inventó mi amigo, el publicista pereirano Álvaro Gómez Escalante, que yo equívocamente se la había atribuido a Miguel Álvarez de los Ríos, es un logro como frase publicitaria, pero vista desde un ángulo político adquiere visos algo más complicados. No cabe duda que de cierta forma aspira a reemplazar el término gran o antiguo Caldas, palabras que no son dulces a los oídos del sur, y cuando Pereira se autoproclama capital del Eje, este es uno de los daños colaterales de ese buen nombre.
¿Cómo se deben sentir jóvenes de Victoria o de La Dorada al oír hablar del Eje Cafetero, del Paisaje Cultural Cafetero (PCC), de la Autopista del Café o de Aerocafé, iniciativas que no incluyen su territorio? ¿Para ellos entonces, qué significa el departamento de Caldas? Siguen mis preguntas: ¿cómo vamos a integrar un departamento si la planificación es lascivamente excluyente? El mismo Meneses, en la nota aclaratoria que me remitió, resalta que si seguíamos los manizaleños tan embolatados como estamos, saldría ese Magdalena Medio caldense, igualmente, de la jurisdicción de la ciudad de Manizales.