Las remesas son el fenómeno económico más importante del país, pero no se sabe mucho de ellas. En 2023 alcanzaron los 12.347 millones de dólares, lo que representa un aumento de 12,47% frente al año anterior. Hace una década esta cifra era de 4.183 millones de dólares, una tercera parte. Con una capilaridad que llega a todos los rincones de Colombia, las remesas construyen reactivación económica con equidad. Al 19 de julio de 2024 seguía su disruptivo crecimiento de 11,27% alcanzando los 7.596 millones de dólares, cifra cercana al 65% del total de la inversión del presupuesto nacional. Este dividendo que es más grande que el que aporta cualquier industria necesita más explicación.
Muchos analistas, de manera simplista, explican la triplicada de remesas en los últimos diez años como un tema del narcotráfico. Y aunque es innegable la existencia del fenómeno, siempre ha sido una constante en las cuentas macroeconómicas del país. A pesar del crecimiento de hectáreas sembradas, la influencia de los carteles mexicanos y el auge del fentanilo sugieren que, en realidad, podrían estar ingresando menos recursos, como refleja la caída del 60% del precio de la hoja de coca. El narcotráfico no explica el crecimiento de remesas.
Durante la pandemia, los estímulos de protección social en los países donde habitan los emigrantes colombianos, especialmente en EE.UU., fueron masivos. Cheques enviados de manera generalizada y sin restricción fueron comunes. Entre 2019 y 2022 crecieron las remesas 9,4% anualmente, impresionante, pero después de la covid las remesas crecieron aún más rápido. Es posible que exista un incremento permanente de emigración, para 2020 se estimaba en 5 millones la diáspora nacional. Tras finalizar la pandemia, la tasa anual promedio de emigrantes de 250 mil por año se duplicó en los años posteriores. La exportación masiva de mano de obra sin duda influye en las cifras de remesas del país. Aunque esto explica en parte el incremento de remesas, no abarca por completo el fenómeno.
El teletrabajo, fomentado en la pandemia, expandió el mercado laboral digital, desde chicas webcam a programadores de software. De acuerdo con GitHub, el número de programadores en el país alcanzó los 663.000, un crecimiento del 33%. Esto, sin hablar de otros sectores, como diseñadores gráficos y contadores, que también pueden ofrecer sus servicios de manera digital. Aunque los balances anuales de este año muestran incremento de 100 millones de dólares en flujos de servicios tecnológicos y 50 millones de dólares en servicios profesionales, la tentación de evadir IVA y renta, disfrazando esos ingresos como remesas, es considerable.
Este fenómeno no es exclusivo de Colombia. Según la OMC, el 54% de todos los servicios globales se entregan de manera digital, con este comercio digital creciendo de manera continua al 8,1% durante las últimas dos décadas. El FMI está considerando modificaciones metodológicas para reflejar en la contabilidad la posibilidad de que muchas remesas sean servicios digitales. Para Colombia, entender este fenómeno, que podría ser tan significativo como el narcotráfico y el café, es crucial. Planeación Nacional debería hacer una misión para abordar esta realidad, es probable que este año superemos los $50 billones.