En Colombia hay en estos momentos escasez de vacunas contra la covid-19, muchas personas que esperan segundas dosis de Sinovac y Moderna, por ejemplo, no cuentan con el biológico para completar sus esquemas. Cerca de 200 mil personas están afectadas en el país. Hay molestia de muchos porque han perdido el viaje, después de pedir permiso en sus trabajos, y otros siguen esperando la llamada de las EPS que les prometieron.
La respuesta es que las farmacéuticas están atrasadas en la entrega de los lotes, pero que no hay problema con ampliar los plazos a 56 días para Sinovac y 12 semanas en la de Moderna. Comités científicos así lo han determinado, e incluso ahora se asegura que espacios más amplios entre dosis podrían ser más efectivos para luchar contra la pandemia. En el caso de Sinovac se habla de la necesidad de tener una tercera dosis, igual que con Pfizer. Eso plantea el reto de seguir adquiriendo vacunas y así avanzar en el cumplimiento del objetivo de la inmunidad de rebaño, para lo que ya no se considera suficiente el 70%, sino que ahora se habla del 90%.
También es claro que tener el esquema completo es la única garantía de protección. Manizales y Caldas no son ajenas a esta realidad, y muchos esperan las segundas dosis con ansias. La expectativa es que la próxima semana lleguen nuevos biológicos y así cubrir los vacíos actuales. El préstamo de vacunas que harán los privados, así como la donación de España de 957 mil vacunas de AstraZeneca ayudarán a superar este escollo. Además, se esperan 600 mil dosis de Pfizer, 600 mil de Moderna y 2 millones de Sinovac que llegarían el 13 de septiembre.
Ahora bien, en medio de esta coyuntura, resulta chocante que se anuncie que comienzan nuevas etapas de vacunación. Sin más anuncios, lo fundamental es que hoy los colombianos de cualquier edad puedan acceder al biológico y garantizar que ninguna persona se quede por fuera del programa.
Hoy Colombia tiene al 60% del objetivo de personas con primeras dosis y con esquema completo al 40%, según el Ministerio de Salud, pero todavía falta bastante. Algunos, bajo creencias de todo tipo, insisten en no vacunarse, lo que hace necesaria una fuerte campaña con los argumentos científicos que respaldan la inoculación. Las bajas cifras de contagio, de ocupación de UCI y de fallecimientos por la covid-19 no pueden distraernos.
Debemos ser conscientes, además, de que la escasez no afecta solo a Colombia, sino que es global. Las materias primas para la fabricación de vacunas y los equipos para procesarlas (bolsas de biorreactor, conjuntos de un solo uso, filtros, cultivos celulares, lípidos, viales de vidrio y tapones), se han quedado cortos, y eso limita la cantidad de dosis fabricadas.
Los laboratorios pretenden suministrar al mundo unas 11 mil millones de vacunas para fines de este año, pero esa meta está amenazada también por no tener el personal suficiente calificado para fabricarlas. Tal vez estamos viendo los resultados de no haber impulsado con mayor fuerza el levantamiento temporal de la protección de patentes, como se propuso hace meses en la Organización Mundial del Comercio (OMC).