Es inconcebible que se dejen pasar cosas como esta en Manizales. Desde antes de empezar a construir el bulevar de la calle 48 entre las avenidas Santander y Paralela, el 4 de octubre del 2022 en la Alcaldía de Carlos Mario Marín, profesionales, habitantes y comerciantes hicieron ver que suspender este trayecto, que tenía un ancho de vía amplio en sentido de ascenso y de descenso, no era adecuado para esta zona ni para la ciudad, que entre otras cosas muy pocas vías tiene en sentido norte-sur y viceversa, incluso estas calles servían para agilizar el acceso al servicio de urgencias del SES.
Marín insistió en ejecutarlo, con la anuencia del Concejo de la época, prometiendo que sería la primera fase del proyecto Campus Manizales. “Unirá las universidades locales a través de parques, bulevares y ciclorrutas; una contribución a mejorar la calidad del aire y las vidas de los manizaleños”. Dos años y cuatro meses después lo que hay es un pequeño bulevar de dos cuadras, en el que la soledad es su principal visitante, porque es un espacio que definitivamente no era el adecuado para este tipo de diseño.
Los antecedentes de esta obra hablan solos. Su construcción tuvo 15 meses de retraso. Pasó por 6 prórrogas. El valor inicial era de 5 mil 248 millones 164 mil 822 pesos (incluyendo interventoría) y costó 5 mil 797 millones 341 mil 688 pesos, sobrecosto tasado en 549 millones 176 mil 866 pesos. El Centro de Observación para la Infraestructura de Caldas y la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos hicieron reparos por la cantidad de inconsistencias y previnieron que en vez de mejorar la movilidad, la iba a entorpecer, y así fue.
En un informe publicado el lunes por LA PATRIA, se cuenta de comerciantes, habitantes e instituciones en graves problemas ocasionados por este bulevar. Hay hechos de inseguridad como el consumo de alucinógenos, deterioro de los materiales de lo construido, afectación de comerciantes por la reducción sustancial de ventas, las burbujas que se montaron quedaron sin acometidas de servicios públicos y las han ido desocupando, la estrecha vía que se dejó es usada para el parqueo donde no está permitido, y hay quejas de que la actual Alcaldía, del ingeniero Jorge Eduardo Rojas, no le hace mantenimiento.
Hacer este bulevar en la calle 48 fue una decisión administrativa equivocada, pero ya está construido y a la Alcaldía le corresponde, por ley, resolver los problemas para no dejarlos crecer más. Debe ponerse del lado de la comunidad afectada y abrir conversaciones en las que además de los afectados participen urbanistas y arquitectos que ayuden a encontrar una buena salida. No se puede abandonar este sector, hay que llevar presencia policial, mejorar la iluminación y restablecer lo más que se pueda las dinámicas comerciales e institucionales mientras que se define una solución. Por eso es importante que las alcaldías escuchen más a expertos y habitantes para no incurrir en errores de fondo, que se hacen muy difíciles de corregir.
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