Fecha Publicación - Hora

Muy importante que esta región coincida en que del corredor vial que maneja la concesión Autopistas del Café se deben suprimir peajes ubicados en el departamento de Caldas, de cara a lo que será la propuesta de una nueva concesión denominada Iniciativa Privada (IP) Conexión Centro, que es el mismo grupo Odinsa que busca seguir manejando estas vías del Eje Cafetero por otros 30 años a partir del 2027, cuando se vence el contrato actual. Son siete casetas, cinco están en nuestros predios (Pavas, Santágueda, San Bernardo, Tarapacá I y II), una en Quindío (Circasia) y otra en el Valle del Cauca (Corozal).

Ha sido un modelo inequitativo porque en Caldas llevamos 27 años bajo este sistema de peajes que impone onerosas cargas a los caldenses para movilizarse o ejecutar algún desarrollo por las vías donde fueron ubicados, y eso ha afectado la competitividad de Manizales y de Chinchiná. Si se tiene en cuenta que tres de estos peajes están en un área de expansión de los dos municipios, denominada el Triángulo de Oro (entre las veredas La Trinidad, El Rosario y La Manuela), fácilmente se entiende por qué el crecimiento urbano, comercial, turístico e industrial no ha podido ser más fuerte en esta zona o se ha dado de forma bastante incipiente aun teniendo las condiciones para generarlo, ha quitado posibilidades.

Lo dijimos desde el pasado 12 de julio en un editorial y volvemos a insistir en esta petición al Gobierno nacional para que la próxima concesión que apruebe la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) elimine peajes de nuestro territorio. En las últimas semanas han hecho iguales llamados a la ANI la Sociedad Caldense de Ingenieros Civiles (SCIC), de retirar tres peajes, y el Comité Intergremial de Caldas que habla de desmontar al menos uno, el de Pavas. La SCIC incluso dice que Manizales es la única capital por todo el trazado de la vía que tiene peajes en su área de expansión.

Arbitrario además que aunque los pagos en los cinco peajes de Caldas represente cerca del 48% del recaudo de toda la concesión, los beneficios en obras en este departamento no sean iguales o mayores a lo que se tiene. Faltan intercambiadores viales, hay tramos sin doble calzada, la vía a Chinchiná lleva más de un año con daños sin que hayan sido reparados y que están dejando un extenso trayecto a un solo carril, que lo volvió bastante peligroso. Razón tienen los gremios en pedir que se revise y ajuste la propuesta de Odinsa, de tal forma que se equipare lo que se paga con lo que se recibirá en la nueva concesión.

Las peticiones no son contra el modelo de concesión, estamos convencidos que es la mejor opción de un gobierno para el manejo de la conectividad del país; además, no tiene discusión que esta figura necesita del cobro de peajes. Los reclamos son otros. Se podría evaluar si se dejan solo los peajes de Tarapacá, quizás a un mayor valor sin caer en excesos. Lo que Caldas solicita es un trato igual y que haya equidad en las condiciones con las que se va a manejar la nueva concesión vial en el Eje Cafetero. No es mucho pedir.