Pocas cosas son tan angustiantes y generan tanta impotencia como requerir el traslado de urgencia de enfermos y heridos a un centro asistencial y no conseguir una ambulancia o un vehículo para hacerlo, mientras el paciente empeora. Quienes lo han vivido saben lo traumático que es y por eso no se compadece que los Cuerpos de Bomberos de Caldas estén pasando serias dificultades para cumplir esta función en 24 de los 27 municipios del departamento, a pesar de que algunos cuentan con ambulancias o con vehículos en los que pueden hacerlo para atender pronto a las comunidades que los requieren.
Los 3.885 eventos atendidos este año hasta mediados de septiembre por los bomberos en Caldas, entre accidentes de tránsito, traslados de pacientes y atenciones prehospitalarias, hablan de lo que representa este recurso de dichos organismos de socorro. Fueron 15 casos durante cada uno de los 259 días de ese periodo en todo el departamento, lo que indica que en más de la mitad de los municipios suceden a diario hechos que requieren de este medio de transporte para preservar la vida de personas. No se trata de una situación menor, pues una atención médica a tiempo puede ser salvadora.
El problema radica en que siendo la mayoría de bomberos, grupos voluntarios, no tienen las capacidades económicas para adquirir ambulancias equipadas debidamente y además habilitarlas para trasladar pacientes como les exige la Dirección Territorial de Salud de Caldas (DTSC) con base en el cumplimiento de las normas de salud en el país. Se considera que todos los bomberos deben ser primeros respondientes en estos casos, pero es más el temor de ser sancionados por incumplimiento de los requerimientos o de que les decomisen los vehículos que tienen y por eso anunciaron que dejarán de prestar estos servicios.
Se excluyen los Cuerpos Oficiales de Bomberos de Manizales y de Chinchiná, que cuentan con vehículos aptos, y los Bomberos Voluntarios de la capital y los de Villamaría que están en proceso de habilitación. El resto de estos organismos quisieran seguir siendo solidarios con las comunidades que quedan expuestas, pero las normas son claras. Tampoco ayuda la posición de las alcaldías, que aunque son las encargadas por ley del traslado de pacientes, no es mucho lo que pueden hacer para solventar la situación porque sus recursos son exiguos para cubrir todas las necesidades. Bomberos de San José, por ejemplo, se ve obligado a buscar apoyo de los vehículos del hospital porque solo tiene un carro de respuesta rápida para lo que ocurra.
La Gobernación y los congresistas de Caldas deberían sentarse con los delegados de Bomberos del departamento y el Sistema Nacional de Bomberos para, entre todos, solicitar que se flexibilicen los requerimientos del traslado de enfermos y de heridos cuando se trate de urgencias probadas. Los bomberos, en su mayoría, están capacitados para hacerlo; además se debería contemplar que cada año desde los departamentos o el Gobierno nacional hagan una dotación importante para que los Bomberos sigan cumpliendo su labor sin tanto aprieto ni dificultades. Aumentar los recursos para sortear emergencias significa menos riesgos para la población, no debe ser visto como un gasto, es una inversión.