Nos cuesta como sociedad entender que la incertidumbre es más permanente de lo que reconocemos y más en cuestiones de Estado. De acuerdo con estudiosos en la materia, los electores prefieren escoger a quienes dan a entender que tienen las respuestas a todo, pero la realidad demuestra que gobernar es asunto difícil y que nadie puede anticipar ciertos imprevisibles. No obstante, hay líderes políticos que gustan de inclinar la balanza a su favor y ellos mismos son imprevisibles, ese es el mayor riesgo que entraña una nueva Presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos.
Si este expresidente es una incógnita para los propios estadounidenses por su facilidad para cambiar de opinión sobre las cosas, resulta aún más inquietante para la comunidad internacional, pues su preocupación por mostrar a Estados Unidos como el país que fue, de Policía del mundo, que ya no es, puede generar serios desbalances en el equilibrio global. Su idea de gobernar, está demostrado, es proteccionista, aislacionista y nacionalista, además de cuestionar el cambio climático. Una postura suya contra la OTAN, como ya lo hizo, de que cada país debe defenderse con lo que tiene, puede dejar a Europa en la estacada frente a Rusia, o a Japón y Corea del Sur frente a sus vecinos, con lo que pueden revivir viejas tensiones.
Estados Unidos, gústenos o no, es parte fundamental de las políticas colombianas. Es pieza clave en la crisis migratoria que estamos viviendo principalmente en el Darién, pues los caminantes buscan llegar allá; porque sin su ayuda económica nuestras Fuerzas Armadas no podrían sostener el tren de gastos para combatir a los violentos; porque gracias al TLC es nuestro comprador más importante, además de la necesaria e incómoda guerra contra las drogas en la que nos necesitamos ambas naciones. Si bien la influencia de los Estados Unidos en el mundo no es la misma que después de la Segunda Guerra Mundial, también es cierto que sigue siendo una economía importantísima, cuyo nivel de innovación supera de lejos a muchos otros países. Sin su potencial, ni Ucrania estaría resistiendo, ni Israel estaría dando las muestras de suficiencia para mantener varios frentes de guerra abiertos.
Kamala Harris llegó a la contienda electoral tras un momento crítico de Biden como candidato. De llegar a la Presidencia rompería el techo de cristal de las mujeres en Estados Unidos, lo que sería un plus para una persona que ha mostrado un inmenso respeto por la democracia, ha estado a tono con las exigencias y ha mostrado que tiene capacidades para gobernar la potencia, pues tiene carácter e ideas propias.
El sistema electoral estadounidense resulta ajeno a nuestras formas y por eso nos es a veces confuso, pero les funciona democráticamente. Que esta elección sirva para entender que las relaciones de Colombia con el país norteamericano no pueden depender de quienes están al frente, sino que deben ser políticas de Estado, por eso siempre será mejor tener al otro lado de la mesa a alguien que ofrezca menos incertidumbres en las formas de relacionarse con los otros.