El buen momento de los precios del café colombiano, en su cotización internacional de 4,25 dólares por libra en Bolsa de N.Y., y en su valor interno que está en 3 millones 380 mil pesos por carga de 125 kilos, no puede ser contraproducente frente a los incumplimientos con el mercado de ventas a futuro que arrastran las cooperativas de caficultores desde el 2020 sin poder ponerse al día. Es una deuda pendiente con el Fondo Nacional del Café (FNC) y que asciende a unos 33 millones de kilos de pergamino seco, valorados en cerca de 320 mil millones de pesos.
Son contratos firmados con anterioridad a un precio pactado en Bolsa, por los que tenían que responder productores aglutinados en unas 17 cooperativas, de las 33 que operan, casi la mitad, y que ha ocasionado tensión al afectar la garantía de compra, que es el bien más preciado de los cafeteros para asegurar el mejor precio. Las ventas a futuro se consideraron entonces para que los cafeteros tuvieran mejor ingreso que lo que ofertaba el mercado directo en los puntos de compra, pero sucedió lo que no se avizoraba: hubo una baja cosecha y los precios del grano repuntaron, por lo que hubo cultivadores y cooperativas que se dejaron seducir por estos incrementos y vendieron por otras vías, contraviniendo el compromiso con el FNC.
Reiteramos que el café es de los pocos productos del país que garantizan su venta y por eso la institucionalidad debe ser arropada y protegida. ¿Qué sería de los cultivadores y de todo el sector sin la Federación Nacional de Cafeteros, encargada de manejar el FNC por delegación del Gobierno nacional? Algunos cafeteros tuvieron que cultivar golpeados por los avatares durante la pandemia de la covid-19 y lo que se vino en estos años posteriores, pero hay que respetar lo pactado y anteponerlo a cualquier otro negocio, así sea más atractivo. Las ventas a futuro eran palabra empeñada y se debía cumplir.
Las cooperativas son el puente entre los cultivadores y el mercado, pero está situación está poniendo en riesgo la permanencia de estas organizaciones porque el café que falta por entregar se vuelve más costoso en un momento de subida de precios. Para mitigar lo grave de la situación, la Federación lanzará la próxima semana el Plan de Acción Solidario (PAS), respaldando las operaciones financieras para que las cooperativas entreguen el café pendiente al FNC y empiecen a pagar el valor de ese grano en el mediano plazo.
Ratifica la importancia de la institucionalidad, porque además del PAS la Federación Nacional de Cafeteros otorgará un sobreprecio por carga de café que entreguen las cooperativas y un beneficio comercial para que la diferencia en precios de las ventas en mercados internacionales vaya a estas entidades. La Federación le solicita también al Gobierno nacional que apoye financieramente a las cooperativas para que tengan recursos para comprar el café, se mantenga la estabilidad en precios y se eviten las especulaciones. Las cooperativas de caficultores recibirán un salvavidas de la Federación, pero deberán autoevaluarse porque su razón de ser es el mercado y los compromisos hay que honrarlos.
![](/sites/default/files/styles/thumbnail/public/default_images/unnamed.jpg?itok=6cjxsUnN)