Si algo ha mantenido estable la ladera de Chipre es que se ha prevenido el riesgo prohibiendo las construcciones en esta extensa zona de la avenida 12 de Octubre, entre el Palacio de Bellas Artes y el Monumento a Los Colonizadores. Hubo tiempos en que esta franja, destinada a la protección ambiental, comenzó a ser ocupada por cambuches y cultivos que fueron haciendo algunas personas y ocasionaron deslizamientos. La ciudad no olvida el derrumbe del barrio Montana el 18 de marzo del 2003, que dejó un hombre muerto y daños materiales en algunas viviendas. Solo por mencionar un solo hecho de varios que han puesto en emergencia la ladera.
La Unidad de Gestión del Riesgo Municipal hizo allí desde hace varios años obras de mitigación como canales, cunetas, perfilado de taludes, y sigue realizando mantenimiento de las mismas. “Cualquier ocupación que se haga impacta los procesos de estabilidad y afecta la mitigación”, advierte su director, Diego Rivera. Por eso resulta increíble que algunas personas se opongan a que la Alcaldía tome medidas para reducir el riesgo. No se puede olvidar que a los pies de la ladera de Chipre la ciudad ha seguido creciendo en edificaciones y población que también tiene derechos a la vivienda y a la seguridad.
Es necesario abordar estos antecedentes para comprender que las medidas que está aplicando la Alcaldía sobre algunas construcciones hechas frente al Monumento a Los Colonizadores no son un capricho, sino una actuación que corresponde a un deber constitucional como Gobierno. Otra cosa es la demora administrativa que ha predominado para proteger este sector de la ladera; desde finales de la alcaldía de Octavio Cadona, entre 2018 y 2019, y luego en la de Carlos Mario Marín, se permitió ocupar las bahías de parqueo con food trucks.
El control urbano debió aplicarse, pero como no sucedió las ventas se han ido extendiendo hasta densificar el lugar porque nadie evitó que levantaran en un predio privado estructuras hasta de tres niveles, sin licencia de uso del suelo, sin conexión a agua potable y sin servicios sanitarios. Todo esto a pesar de la actividad que ejercen para la venta de comidas y bebidas y del fallo de una acción popular que ordenó en el 2022 retirarlos de esa zona. Solo hasta ahora la actual Alcaldía interviene y ordena el cierre temporal de ocho establecimientos, mientras definen su situación en un proceso administrativo.
La Alcaldía está proyectando ejecutar un bulevar por la 12 de Octubre, podría incluir en esta iniciativa la reubicación ordenada de las ventas informales pero en espacios adecuados que no generen riesgos para la ladera ni para comerciantes, empleados, usuarios y habitantes de la parte baja. La zona frente a Los Colonizadores debería privilegiarse para el desarrollo turístico con una intervención física del entorno destinado a la contemplación del paisaje y de los bellos atardeceres, que era el uso más frecuente entre los ciudadanos, pero se dejó perder. Hay que rescatarla en beneficio de la ciudad.
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