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Recién llegado el alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas, dijo que se contabilizaban, por lo menos, 400 asentamientos humanos ilegales en zona urbana. Son lotes públicos o de privados que se toman rápidamente algunas personas para armar cambuches y estructuras que no cumplen normas de construcción, ni cuentan con obras de urbanismo que garanticen la seguridad y la adecuada calidad de vida. Hay que entender que se trata de ocupaciones ilegales o irregulares de terrenos que deben ser dedicados es a la protección con siembra de árboles o intervenciones que mitiguen los riesgos.
No es tan sencillo llegar a habitar un sitio de estos, ni basta solamente con tener construcciones. Para residir en un lugar se necesita disponer de servicios públicos, vías, parques, escenarios deportivos, hidrantes, entre muchos otros requerimientos y dotación que en un momento dado empieza a demandar la población en sus distintos rangos de edad. Por algo antes de habitar cualquier urbanización legal, lo que determinan las normas es que los constructores tienen que cumplir las exigencias, de lo contrario no lo pueden hacer.
El último incendio ocurrido el jueves en Mirador de Samaria, en la Comuna Nuevo Horizonte,  consumió nueve viviendas, afectó a 25 personas y obligó a atender a nueve habitantes. El 11 de diciembre del 2023 este sector protagonizó una tragedia por otro incendio que dejó tres muertos, entre ellos dos niños de 2 y 7 años y una joven de 18; tres construcciones quedaron incineradas y siete personas damnificadas. En 10 meses son dos fuertes conflagraciones las que han afectado esta invasión sobre la que hay un proceso policivo con medida de desalojo y una tutela que falló en el 2019 ordenando al Municipio hacer un censo y caracterizar a la población.
Afortunadamente en el último incendio no hubo víctimas fatales. Ayudó a controlar la emergencia que la Alcaldía a inicios de este año instaló hidrantes en puntos cercanos. Mirador de Samaria tiene unas 600 construcciones en madera y esterilla, no hay vías sino caminos en tierra, no tienen servicios públicos y las necesidades abundan porque se trata en su mayoría de población pobre que lleva todo este tiempo solicitando soluciones de vivienda. El llamado es para que la Alcaldía de Manizales agilice y dé a conocer la caracterización de la población para establecer oficialmente quiénes son los beneficiarios de auxilios oficiales, y los que no lo son, abandonen estos predios.

Las personas que están habitando en Mirador de Samaria no pueden continuar en condiciones indignas ni de inseguridad, la Alcaldía debe resolver este problema antes de que allí ocurra algo más grave. Es una invasión que la Administración anterior dejó crecer y se salió de manos su control y soluciones. Allí han llegado incluso extranjeros buscando resolver necesidades de vivienda, pero también hay casos de los que levantaron estructuras para que los incluyeran como beneficiarios, pero residen en otros lugares. Esto se resolvería si se contara con un diagnóstico que identifique quiénes en realidad deben ser acogidos con ayudas del Estado. Es un problema al que no se le pueden dar más largas en la ciudad.