Embarazo

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Hablar de sexo en la adolescencia se constituye en un gran tabú que puede dejar, como afectación, el embarazo a temprana edad. Eso con todas las implicaciones que trae en lo físico, en lo mental y en lo emocional.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló que en el 2022 registró 573 mil 625 nacimientos. Cerca del 17,11% de embarazos presentados en la vigencia corresponden a adolescentes (98 mil 147).

Según un estudio del 2018 realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, (UNFPA), el costo del embarazo adolescente es de $5,1 billones anuales, el doble del presupuesto anual de una ciudad como Cartagena y una sexta parte del presupuesto de Bogotá.

Los datos se conocieron durante el evento de lanzamiento de la Gran Encuesta Nacional: Padres, No es tabú, es sexo. En esta, coordinada por Tirando x Colombia (iniciativa privada de impacto que busca prevenir el embarazo adolescente), acompañaron la Fundación los Sueños de Lili by Lili Pink & YOI, Fundación COOntigo de Coosalud, Exeltis, en colaboración con Edelman Colombia y Buho.

 

Con miedo de conversar

“Prevenir el embarazo adolescente es responsabilidad de todos. Es crucial que la sociedad adulta entienda que hablar de sexo y sexualidad no es incitar a los jóvenes a tener relaciones sexuales", señaló Johanna Cordovez, CEO y cofundadora de Tirando X Colombia (TxC).

La profesional dijo que, al contrario, cuando los adolescentes reciben información veraz y oportuna, son más responsables con ellos mismos y con sus parejas y tienden a retrasar esta decisión entre 2 y 4 años.

La encuesta reveló datos fundamentales para atender la problemática. Uno de ellos es que, aunque el 54% de los padres encuestados cree que el embarazo adolescente se debe a falta de educación e información, los padres de familia aún carecen de herramientas para acompañar a sus hijos al momento de hablar de salud sexual y reproductiva.

La buena noticia es que, según la encuesta, los padres prefieren y se sienten preparados para que la educación sexual y reproductiva sea una tarea de las familias. Dos datos confirman lo anterior: el 61% afirmaron sentirse capacitados y cómodos para hablar con sus hijos, aunque el 64% nunca recibió educación sexual.

"Las creencias y actitudes con las que generalmente nos encontramos en nuestro trabajo en territorio y que contribuyen a que el sexo sea un tabú, están vinculadas a tradiciones generalmente políticas o ligadas a la religión, que se han reproducido generación tras generación", criticó María Fernanda Pérez, directora de la Fundación Los Sueños de Lili By Lili Pink YOI.

Según Pérez, estas ideas se convierten en verdades casi absolutas en determinados colectivos que, cuando se cuestionan o entran a debatir, crean resistencias. De ahí el valor de la educación sexual, para llevarlos a desaprender

Paula Escobar, miembro del consejo directivo de COOntigo, Fundación de Coosalud, concluyó al respecto: "La siguiente generación va a poder cerrar una brecha de pobreza extrema. La niña que hoy en día queda en embarazo, está condenada a no tener proyecto de vida. Tenemos que trabajar unidos en una intersectorialidad. No juzgar, sino apoyar y recomendar métodos de prevención a niñas(os) y adolescentes”, enfatizó Paula Escobar, miembro del consejo directivo de COOntigo, Fundación de Coosalud.

 

Llamado a la acción

 

Los hallazgos del estudio son un contundente llamado a las alcaldías locales, las gobernaciones, al sector educativo, de la salud y a las familias del país a trabajar de manera conjunta con el fin de superar el tabú entorno a la conversación sobre sexo y sexualidad.

 


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