La automedicación, la obesidad y la deficiente condición alimenticia se constituyen en enemigos letales de los riñones de los colombianos, en un escenario donde más de 3,5 millones de personas padecen de alguna dolencia del sistema renal y requieren de tratamiento médico.

Este será un asunto a debatir en el XXV Congreso Colombiano de Nefrología e Hipertensión Arterial, que comienza mañana en Santa Marta (Magdalena).

El presidente de la Asociación Colombiana de Nefrología, Luis Ramón Barros, dijo que es importante también que se empiece a hablar de la utilización de la inteligencia artificial en novedosos procesos de tratamiento de la enfermedad renal.

En Colombia existen 1,2 millones de pacientes reportados con algún grado de daño renal: de esos hay 44 mil en diálisis, más de 8 mil pacientes trasplantados y casi 12 mil esperando un donante para un trasplante renal. Se trata de una enfermedad que le cuesta muchos recursos al sistema de salud.

Según Barros, con el auge de la inteligencia artificial (modelos de atención programados con IA), se pretende prevenir algunas patologías en sectores clave de la población. Sugirió que no es lo mismo tratar a los pescadores del Chocó, en la única unidad renal que hay en Quibdó; o a los indígenas arhuacos de la Sierra Nevada, que atender a personas en Santa Marta, con otras condiciones. "Es necesario apelar a todas las opciones para atenuar la amenaza de la enfermedad renal incluyendo a la Colombia profunda", explicó.

Queja frecuente

José Javier Arango Álvarez, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina Interna, dijo que la mayoría de las personas que consulta al nefrólogo por primera vez se queja del “dolor de riñones”. Añadió: “La verdad es que no duelen porque no pertenecen al sistema nervioso; no duelen. Duele el colon. No le echen la culpa de todo al riñón. Uno debe orinar no solo agua sino residuos de proteínas. Si yo orino, no tengo nada en los riñones. Eso es un mito. Y no olvidemos que la enfermedad renal es silenciosa".

El experto agregó que es clave educar a los pacientes. Aceites, alimentos procesados, antiinflamatorios, suplementos proteínicos, bebidas energizantes, drogas sicoactivas, excesos de sal y azúcar, remedios caseros para la virilidad y otros elementos inciden negativamente en la salud de los colombianos. Faltan canales de comunicación e información para prevenir las enfermedades.

De la reforma

Arango se refirió a los temores generados por la reforma a la salud, concebida en esta oportunidad sin tener en cuenta la visión y experiencia de las asociaciones científicas.Admitió que el sistema de salud en Colombia es bueno, pero está desfinanciado. 

“En Colombia hay zonas de difícil acceso donde nadie quiere ir, por poca rentabilidad y por seguridad, pero debemos trabajar particularmente en las regiones olvidadas del país. Podemos capacitar médicos generales, enfermeras, promotores de salud, nutricionistas, para fortalecer la prevención de la enfermedad renal”, concluyó Arango.

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