Foto | Luis Fernando Trejos | LA PATRIA
Los jóvenes reclutas recibieron las armas de sus familias, tras dos meses de prestar servicio.
108 jóvenes provenientes de distintas regiones del país asumieron ayer la responsabilidad de cargar un fusil en sus hombros. Se trata de 36 mujeres y 72 hombres que tras dos meses de ingresar a las filas del Ejército para prestar su servicio militar, recibieron sus armas.
La ceremonia se llevó a cabo en el Batallón Ayacucho, hasta donde llegaron las familias de estos jóvenes que se encargarán de cuidar a los caldenses mientras cumplen con su obligación o deciden continuar con sus carreras.
El teniente coronel Francisco Candela, comandante del Ejército en Caldas, mencionó que se trata de una ceremonia simbólica tras la primera fase denominada individual, básica y de escuadra.
“En esta los soldados aprenden himnos, principios, valores, leyes, los delitos que se puede cometer, tanto en el servicio como fuera del mismo ,y luego pasan a formación o instrucción de pelotón y ahí van a actuar como una unidad. Reciben el arma porque van a hacer polígono, entrenamiento diferencial con técnicas, tácticas y procedimientos”, explicó el oficial.
El servicio para las mujeres dura 12 meses. Para hombres es obligatorio, de 18 meses. Candela añadió que contar cada vez con más mujeres en las filas hace parte de las políticas de igualdad y equidad.