Juan Carlos Galvis Duque, de 20 años, llevaba cuatro meses evadido del Ejército. Regresó a su natal Aguadas, en busca de Jenny Lorena Tangarife González, su pareja sentimental a principio de este año.

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Juan Carlos Galvis Duque, de 20 años, llevaba cuatro meses evadido del Ejército. Regresó a su natal Aguadas, en busca de Jenny Lorena Tangarife González, su pareja sentimental a principio de este año.

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LA PATRIA | MANIZALES

Una condena de 18 años y tres meses de prisión, por desaparición forzada en concurso con hurto calificado y agravado, sumó el viernes Juan Carlos Galvis Duque, confeso asesino de la menor María Ángel Molina, de cuatro años, el 9 de enero del año pasado, en la vereda Naranjales, del corregimiento de Arma (Aguadas).

Esta sentencia se suma a otra, de 55 años, 4 meses y 15 días por feminicidio agravado, tentativa de feminicidio agravado y secuestro simple agravado, en el mismo caso. Sin embargo, en la acumulación de penas que pedirá a un juzgado de ejecución, esta no puede superar los 60 años, que es la máxima permitida en Colombia.

Como se recordará, Juan Carlos secuestró y asesinó a María Ángel. El cuerpo fue hallado cuatro días después en un islote de un río. Posteriormente lo detuvieron en Abejorral (Antioquia), en poder de una bebé de 18 meses, hermanita de la menor muerta.

En la investigación se determinó que el hombre citó a la mujer y a sus hijas en el lugar de los hechos con el pretexto de darles a las niñas unos obsequios, pero lo que quería era vengarse de ella porque tenía una relación sentimental con otra persona.

La historia

  

Juan Carlos Galvis Duque, de 20 años, llevaba cuatro meses evadido del Ejército. Regresó a su natal Aguadas, en busca de Jenny Lorena Tangarife González, su pareja sentimental a principio de este año.

Días después esta relación tendría un desenlace fatal: una menor muerta, una mujer herida y un hombre en la cárcel.

Juan Carlos, enceguecido por los celos y la ira, buscó a Jenny Lorena, pues estaba molesto porque ella tenía una nueva relación y “quería que fueran solo amigos”. La citó en el Plan del Oro, sector Naranjales, vía entre Arma y Aguadas.

Lo hizo, supuestamente, para hablar y darles unos regalos a los dos hijas de la mujer, de 18 meses y 4 años de edad. Ella le expresó que iría con una prima, pero el sujeto se negó, porque "quería ver la cara de sorpresa de las menores".

Sin embargo, los planes del fugado militar eran tenebrosos. Cuando se reencontró con ella le dijo que le vendaría los ojos para que la sorpresa por los regalos fuera mayor. Lo hizo, pero era para atacarla con un puñal en el cuello y agredirla con piedras y patadas. Aprovechó que ella quedó indefensa y huyó con las dos niñas.

"Así como se lo indicó el hombre, la víctima llegó con sus niñas. Cuenta la mujer que caminaron unas 15 cuadras para llegar al sitio donde les entregaría los regalos y después de vendarle los ojo la apuñaló y la lanzó con golpes por un despeñadero que conduce al río Arma.

Mientras ella le rogaba que no les hiciera daño a sus hijas y que no las fuera a matar, el hombre le tiraba piedras. Cuando el sujeto bajó con las niñas hasta el lugar donde Jenny Lorena, fingió estar muerta", narró la Fiscalía.

Por su parte, el hombre le relató al ente acusador que estaba enceguecido por la ira que le produjo que la mujer le dijera que tenía una relación con otra persona. También indicó que atravesó el río Arma con las niñas, por un tramo en donde el agua no le llegaba ni a las rodillas, con la intención de llegar a Antioquia, pero que en el trayecto la niña de 18 meses se le resbaló y casi se le cae por lo que soltó a la mayor y ella se ahogó.

Esta versión fue desvirtuada con la necropsia, ya que en ella se determinó que la muerte de la niña fue violenta, que tenía signos de maniobras para borrar todo lo que pudiera conducir a su identificación, marcas de haber sido inmovilizada y señales que demostraban que intentó defenderse.

El 10 de enero pasado ubicaron a Juan Carlos en zona rural del corregimiento de Pantanillo, jurisdicción de Abejorral (Antioquia), en compañía de la menor, de 18 meses. No logró justificar su parentesco. Lo aprehendieron. Después hallaron el cuerpo de María Ángel Molina Tangarife.

 Menores asesinados

2020 (8)

  • Manizales. Con arma blanca, en Chipre, Brayan Steven Osorio López, de 17 años.
  • Manizales. Andrés Mauricio Sánchez Soto, de 15 años, en Solferino, arma blanca.
  • Marquetalia. Neimar Alexis Dagua Ule, de 3 años y medio, a golpes.
  • La Dorada. Yonathan Alfredo Tunjacipa Triana, de 17, en Doña Juana
  • Manizales. Santiago Arias Giraldo, de 16, en Solferino, arma blanca
  • Manizales. Stiven Patiño Villalobos, 17 años, arma blanca y de fuego, Pío XII.
  • Supía (2). Miguel Ángel Tobar Jaramillo y Juan Sebastián Bermúdez, ambos de 16 años, con arma de fuego.

2019 (6)

  • Marmato.
  • Manizales (5).

Todos tenemos una bestia: mirada de la psicología

Jaime Cardona, profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Manizales, explicó que hechos como los ocurridos en Caldas muestran que los seres humanos no somos esencias de bondad o de maldad y que el comportamiento de las personas puede tener cambios súbitos bajo ciertas circunstancias.

“La visión más aproximada a la realidad humana que nos muestra la psicología y psicoanálisis es que todos tenemos en nuestro interior una bestia o una fiera. Así como muchos animales devoran o matan a sus crías, eso mismo hace el humano bajo ciertas situaciones. A veces bajo efecto de sustancias psicoactivas o en estados de extrema ira pueden llegar a hacer lo que no se espera”.

Anotó que son la cultura, la sociedad y todo el proceso de educación los que hace que vayamos interiorizando ciertas prohibiciones, ciertos límites. “Esas tendencias existen en el profundo del alma y emergen en cualquier momento. La formación moral hace que la mayoría mantengamos inhibidos esos comportamientos”.

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