Hasta a la fiscal se le entrecortó la voz ante el desgarrador relato de una joven que se negó a delatar a su padre por no querer acabar con la familia, pero las agresiones se volvieron insoportables y no encontró otro camino que acudir a la justicia.

En el juicio que se adelantó contra el sujeto ante un Juzgado Penal Municipal de Conocimiento de Manizales, la víctima narró cómo intentó arreglar los problemas, pero todo esfuerzo fue en vano.

En medio de las lágrimas fue necesario hacer una pausa, tomar agua y continuar con su relato. Expuso además que su padre abusó sexualmente de ella desde muy pequeña, por lo que ahora se podría enfrentar a otro proceso judicial.

No las bajó de prostitutas

La joven relató que aunque vivía en la misma casa con una hermana y su padre, hacía tres años no le dirigía la palabra. Como consecuencia del comportamiento agresivo, otra hija y su esposa abandonaron la vivienda.

"Siempre hubo violencia desde que tengo memoria, desde los cinco o seis años, siempre sufrí maltrato de él, no directamente hacia mí, pero sí le pegaba a mi hermana mayor, que fue quien mas sufrió", dijo la mujer.

No solo las dejaba afuera de la casa cuando llegaban tarde, sino que les tiraba agua caliente, las trataba de prostitutas y de acostarse con todos los vecinos, además de decirles palabras soeces. Les tocaba acudir a la Policía para que les permitiera ingresar.

Inicio de las agresiones

La víctima indicó que las agresiones empezaron un día cuando un hombre le arreglaba el computador en la casa. Su padre llegó y sin saber de quién se trataba, le pegó una cachetada, mientras que a su hija le tiró unas hojas de zinc encima y se paró sobre ella. La llevaron al hospital, pero no quiso denunciarlo.

Pero todo llegó a su mayor punto de ebullición cuando en junio del 2023 llegó borracho a la casa y la insultó. Como ella optó por guardar silencio e ignorarlo, la agarró del hombro, la empujó y la hizo tropezar.

La joven acudió a un CAI y los uniformados la acompañaron hasta la vivienda, en donde encontraron al sujeto, pero al verlos se alteró y aunque trataron de calmarlo, se portó de manera agresiva y debieron detenerlo. Lo trasladaron al Centro de Traslado por Protección.

Esta vez sí lo denunció, motivada también por un uniformado que le pidió no permitir que la violencia escalara, pues la familia ya es bien conocida por los constantes escándalos de este señor, también en estado de embriaguez.

Curiosamente, le dieron una orden de alejamiento, pero pudo seguir viviendo en la misma casa de su víctima. Debía evitar cualquier comunicación con ella y pese a que ya tenía la denuncia por violencia intrafamiliar, este siguió agrediendo verbal y psicológicamente a su hija. En diciembre la volvió a golpear.

Tras año y medio se llevó a cabo el juicio oral y la juez declaró culpable al padre, no le permitió gozar de domiciliaria mientras espera la condena e indicó que el delito debió haber sido agravado por el constante trato denigrante.

Indicó que los testimonios de los médicos fueron certeros, porque si bien no hubo lesiones físicas evidentes, sí señales de violencia de distinto tipo y se notó la clara afectación al núcleo familiar. Además, el testimonio de la afectada fue congruente.

Problemas con el alcohol

El hoy condenado quiso excusar su comportamiento con el consumo de alcohol desde hace 30 años, pero la juez lo reprendió por no querer buscar ayuda.

También dijo que no recordaba lo que ocurrió el día que agredió a su hija. Y de nuevo, lo criticó por tener memoria selectiva.

Quiso solucionar todo con diálogo

Hace ocho meses, la víctima intentó dialogar con su padre para que cambiara la actitud y pudieran vivir en armonía, pero este le respondió que la odiaba y que no la mataba porque iría a la cárcel. Pero a fin de cuentas, terminará encerrado por otro delito.

Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.

Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y en nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.