Los amigos de la familia Tobar no escatimaron en esfuerzos. Una vez supieron el jueves del alud en la vereda Los Cuervos, de Villamaría, Alejandro Romero y Juan David García no dudaron en alistarse y llegar a ayudar a los afectados.

Tenían motivos de sobra. Con la familia Tobar, que perdió a cuatro miembros, tiene una amistad de toda la vida y armados de palas viajaron desde el vecino Chinchiná y se metieron a ayudar a remover la tierra con la esperanza de encontrarlos con vida.

Sin embargo, no fueron noticias alentadoras. Primero dieron con el cuerpo de Jhon Alexánder Tobar Ospino, a quien lanzó la tierra hasta una quebrada. Pese a la tristeza, no cesaron en sus labores y acompañados de los organismos de socorro no se cansaron de dar paladas.

En la tarde recibieron el segundo golpe, pero también sintieron la tranquilidad de dar con otros dos desaparecidos. Se trataba de Aida Luz Marín López, exesposa de Jhon, y de Thiago Osorio Tobar, su nieto, de 3 años. Los encontraron juntos, abrazados, con ella en un intento por no dejar que la naturaleza se lo arrancara de los brazos. Así, en medio del dolor, terminó el primer día de labores.

Fotos | Cortesía | LA PATRIA

Estos son los cuatro miembros fallecidos de la familia Tobar.

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El último de los Tobar

La mañana del viernes, nuevamente Alejandro y Juan David se prepararon para continuar. Amigos, vecinos, socorristas y hasta voluntarios se prepararon cuando amanecía, con un sol que no apareció, ante una lluvia constante.

Apenas obtuvieron el permiso de ingresar se lanzaron de nuevo en la labor antes de las 6:00 de la mañana. A las 8:30 a.m. vieron una sábana y al correrla encontraron a Johan David Tobar Marín, de 11 años, hijo de Jhon y de Aida. Estaba cerca de donde hallaron a su familia, pues dormía con ambos.

El momento posterior al anuncio fue de un silencio sepulcral. Luego, los sollozos de los familiares, que esperaban al borde del barranco, en donde una vez fue su casa, desencadenó en la desazón de sus vecinos y amigos.

Los socorristas transportaban el cuerpo hasta una edificación cercana, al tiempo que sonaban los gritos desgarradores. Ni siquiera los funcionarios que presenciaron el desfile con el cadáver de Johan David pudieron aguantar las lágrimas.

A un costado, los otros héroes, los improvisados rescatistas, guardaban silencio apoyados en sus herramientas. Se tomaron un respiro y regresaron al lugar, pues todavía faltaba Vanesa Galeano Ospina, la joven que residía con su esposo, a tres casas de los Tobar.

El cuerpo de Johan fue hallado sobre las 8:30 a.m. de este viernes.

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Esperaba un anhelado hijo

Vanesa era natural de Roldanillo (Valle del Cauca). La felicidad invadía a toda su familia, tenía tres meses de embarazo, ella y su pareja esperaban con ansias a ese hijo, por el que según su tía Zoraida Galeano habían luchado mucho.

La señora recordó a su sobrina, prácticamente hija, a la que crio desde los 6 años. Era una joven callada y servicial, dedicada al hogar y a las labores del campo ocasionalmente.

Aunque su familia está radicada especialmente en municipios del Valle, constantemente la visitaba. Su esposo se salvó de morir, pues trabajaba en Medellín. En Los Cuervos llegaron a pensar en otro desenlace fatal, dado que había dejado su motocicleta en la casa.

Este viernes continuaban las labores de recuperación del cuerpo de Vanesa, a quien esperaban trasladar a Roldanillo, para darle su último adiós.

Vanesa Galeano Ospina.

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