LA PATRIA | MANIZALES

Mientras que delegados de los organismos de socorro y vecinos del Mirador de Samaria, en Manizales, les daban ánimo a los integrantes de la familia de la Negra (como la conocen allí), en otro punto del sector, Sandra Mónica Giraldo (foto) buscaba desesperadamente a su esposo.

Esta última vivía en este punto de la capital caldense, en la casa 85, una de las 9 que el fuego consumió este jueves (24 de octubre) pasada la 1:00 de la tarde.

La Negra y los suyos también lo perdieron todo. En una estructura de guadua, cubierta con un plástico, era atendida por psicólogos. Estaba hecha un mar de nervios, no podía creer lo que le pasaba y que hayan perdido los enseres que con tanto esfuerzo consiguieron y el ranchito que con tanto amor construyeron.

Todos lloraban, mientras otros vecinos le decían: "Lo material se recupera, lo que importa es que no hay heridos, ni fallecidos".

Al improvisado punto de atención llegó Mirian Clavijo, adulta mayor que en medio de la ansiedad preguntaba por sus vecinos. Unos socorristas le tomaron la presión y en ese momento una mujer se desmayó.

Estas escenas se vivieron en la invasión Mirador Samaria, donde hay cerca de 600 casas de esterilla desde el 2021.

El incendio trajo a la mente el triste recuerdo del pasado 11 de diciembre, cuando murieron allí, en otra conflagración, tres personas: María Camila Villada Gómez, de 18 años; su hijo, de 2 años, Maximiliano Restrepo Villada; y su hermano, de 7 años, Yeison Matías Gómez.

Esta vez no hubo víctimas mortales, pero sí muchas pérdidas.

El balance final sobre las 4:30 de la tarde fue de 9 viviendas destruidas, 25 personas afectadas (9 familias), 9 valorados en el sitio y un menor transportado por crisis nerviosa a Assbasalud San Cayetano, según Jorge Iván Quintero, comandante de Bomberos Oficiales de Manizales.

Hasta las 7:00 p.m., momento de la publicación de esta noticia, buscaban dos mascotas extraviadas.

Desespero

Mientras la familia de la Negra vivía su dolor, Sandra Mónica logró ubicar a su esposo, quien esculcaba entre los escombros buscando qué poder salvar.

“Lo perdimos todo, toca empezar de ceros. Andaba trabajando y vine apenas me enteré de lo sucedido. Vivimos acá desde que se creó el Mirador”, le contó la señora a LA PATRIA.

Los socorristas de la Unidad de Gestión del Riesgo (UGR), con apoyo de la comunidad, extendían y movían las mangueras. A las 2:14 p.m. se reportó el control del incendio.

Al tiempo, llegaban más personas al sitio, que trabajan, preguntando por sus familiares. Sentían algo de calma cuando vecinos les informaban que estaban bien. Una mujer buscaba sus enseres, pues no sabía dónde se los dejaron, especialmente la lavadora. Otras movían sus pertenencias al lugar donde reposaba la familia de la Negra. Entre todos se abrazaban para darse moral.

“Diana está trabajando. Vine a buscar la mascota, pero no aparece”, le indicaba una habitante del Mirador a otra.

Diego Rivera, director de la UGR, le explicó a LA PATRIA a las 2:38 p.m. que trabajaban en los puntos calientes para avaluar los daños, tramitar las ayudas y prestar apoyo psicosocial.

Señalamientos y desorden

Con el paso de los minutos, los ánimos se caldearon en medio del desespero por la tragedia. Un hombre, que ayudaba a sostener una manguera, gritaba arengas contra el alcalde e indicaba que “solo servía para perseguir motociclistas con los retenes”. Otro que estaba a su lado afirmaba que era guerrillero y que hicieran lo que quisieran.

Antes de las 3:00 p.m. se generó nuevamente el caos. Esta vez se debió a que las personas intentaban agredir a un vecino, al que acusan como presunto generador del incendio.

Uniformados de la Policía debieron intervenir para calmar a la gente. Terminaron la riña y detuvieron al sujeto señalado, al parecer, de provocar la tragedia. Se abordó a la secretaria del Interior, Paula Sánchez, pero dijo no tener datos sobre eso.

Al final de la tarde terminó la extenuante jornada en el Mirador, tanto para autoridades como para los habitantes. La Negra con su familia, Sandra Mónica y los demás que lo perdieron todo lloraban al pensar qué harán de ahora en adelante.

”Afortunadamente a principios de año instalamos hidrantes en las periferias de Samaria, lo que permitió controlar la conflagración”: Diego Rivera, director de la UGR.

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