![El hallazgo en las Canarias podría ser el primero de un diablo negro (Melanocetus johnsonii) vivo y en la superficie. Este pez abisal es conocido por su apéndice bioluminiscente y sus afilados dientes. El hallazgo en las Canarias podría ser el primero de un diablo negro (Melanocetus johnsonii) vivo y en la superficie. Este pez abisal es conocido por su apéndice bioluminiscente y sus afilados dientes.](/sites/default/files/styles/ampliar_945/public/noticia/2025-02/Pez-diablo.jpg?itok=MTzD6MEF)
Foto | Tomada de la ONG Condrik-Tenerife | LA PATRIA
El hallazgo en las Canarias podría ser el primero de un diablo negro (Melanocetus johnsonii) vivo y en la superficie. Este pez abisal es conocido por su apéndice bioluminiscente y sus afilados dientes.
LA PATRIA | Manizales
A dos kilómetros de la costa de Tenerife, en las Islas Canarias de España, un equipo de la ONG Condrik-Tenerife, especializado en la investigación y conservación de tiburones y rayas, se encontró con un ejemplar de Melanocetus johnsonii, conocido como "diablo negro" o "rape abisal".
Este pez, habitante de las profundidades marinas, fue avistado con vida en la superficie del océano, algo sin precedentes en la ciencia.
El hecho ocurrió el pasado 26 de enero, cuando los investigadores regresaban al puerto tras una jornada de estudio. "Vi algo negro que no parecía plástico ni nada. Nos pareció extraño y decidimos acercarnos", relató Laia Valor, bióloga marina de la ONG. Durante un par de horas, el equipo monitoreó al animal, que se encontraba en mal estado y murió pocas horas después.
Pez diablo negro, un registro único en el mundo
Este hallazgo podría ser el primero en la historia en documentar a un "diablo negro" adulto, vivo y en aguas superficiales.
"Es un pez legendario que pocas personas habrán visto con vida", afirmó Condrik-Tenerife en sus redes sociales.
El avistamiento fue registrado en la Red de Observadores del Medio Marino de Canarias, y el ejemplar fue trasladado al Museo de la Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife.
El pez rape abisal, adaptado a la oscuridad
El Melanocetus johnsonii habita entre los 200 y los 2.000 metros de profundidad. Su característica más llamativa es una antena en su cabeza que emite luz bioluminiscente para atraer presas. Las hembras pueden alcanzar los 20 centímetros, mientras que los machos, diez veces más pequeños, dependen de ellas para sobrevivir.
Como curiosidad, este pez se hizo famoso con su aparición en la película Nemo, de Pixar, cuando los protagonistas descienden hasta las profundidades del océano y se encuentran con su antena de luz, para luego llevarse un gran susto con su apariencia intimidante.
Casos similares solo han sido documentados en aguas profundas. En 2014, el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey (México) filmó a una hembra de nueve centímetros a 600 metros de profundidad.
Los científicos aún investigan por qué este ejemplar apareció en la superficie. Entre las posibles explicaciones están una enfermedad, una corriente ascendente o la huida de un depredador.
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