Por lo menos unas 250 viviendas adicionales se tendrían que mover en una segunda fase del Aeropuerto del Café para llevar esta terminal aérea a una pista de 2 mil 480 metros de longitud. 

Aunque por ahora se avanza en la primera fase, con los recursos que comprometió el Gobierno Nacional, las dudas ya rondan entre la comunidad, e incluso la molestia de mover a más familias de sus hogares. 

De hecho, en una reciente socialización que hizo la Asociación Aeropuerto del Café para confirmar que radicaría ante Corpocaldas la solicitud de licencia ambiental para la segunda fase que comprende la construcción de la pista de 2 mil 480 metros, el líder líder cívico Antonio María Osorio, presidente de la Junta de Acción Comunal de los Barrios Unidos de Palestina pidió resolver esas dudas y peticiones sobre reasentamiento de 245 familias en casas iguales o mejores, acuerdo predial que se deberá efectuar cuando se construya la segunda fase y no antes.

Al respecto, Fernando Merchán Ramos explicó que la reubicación no hace parte de la licencia, e invitó a no difundir información errónea. “Hay unos líderes que vienen difundiendo información que no corresponde con la realidad. En estos momentos no vamos a entrar a reubicar a nadie. Lo que hacemos es un análisis del impacto medioambiental de la etapa dos”, explicó el gerente en su momento.

Sí habrá movimiento 

Pese a esa discusión, el movimiento de más viviendas sí se requiere, confirmó la gerente de Inficaldas, Amparo Sánchez, quien sostuvo que a la par con la primera fase se está trabajando para acelerar esa segunda fase de recursos, proceso que se lograría a través de una Alianza Público Privada.

"Siempre se ha dicho que con el giro de la pista la etapa II incluye una compra de nuevas viviendas, y tenemos muy determinado cuáles son los barrios", indicó. 

El alcalde de Palestina, Álvaro Andrés Osorio, en diálogo con LA PATRIA, también reconoció que dentro de ese nuevo proceso de expansión se tendrían que adquirir nuevas casas, por lo menos unas 250, en barrios como Uribe Uribe y Guayabal y el sector del cementerio. 

Lo que sí pidió tanto a la junta directiva como a los entes de control es que no se vayan a cometer errores del pasado, desplazar a la comunidad y comprar viviendas sin importar el arraigo de la gente, desplazando a la comunidad. "Por eso hay que garantizar mejores condiciones de habitabilidad y alternativas de reubicación, dignas y todas las condiciones que se tienen que garantizar".

Por ahora, dijo, se está en un proceso de licenciamiento ambiental y socializaciones con las comunidades. Pese a ello, recordó que este proceso no será ahora, pero que sí estarán muy pendientes de no frenar el desarrollo del proyecto, pero sin pasar por encima de la comunidad y respetando sus derechos. 

Lo anterior es que en el proceso pasado se movieron unos tres barrios y unas 2 mil personas afectadas. 

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