Foto | Cortesía U. Autónoma de Manizales | LA PATRIA
El colectivo de Eco Heliconias pasan después del primer encuentro de empoderamiento con la Universidad Autónoma de Manizales.
130 mujeres del resguardo de orígenes colonial Cañamomo Lomaprieta, de Riosucio, y 35 del corregimiento de Encimadas (Samaná) le dijeron sí al proyecto ‘Empoderamiento de mujeres indígenas y campesinas en el departamento de Caldas (Colombia) para la exigibilidad y realización de derechos’.
La iniciativa, que tiene como objetivo visibilizar y reconocer las violencias que enfrentan las mujeres, así como las transformaciones de los conflictos a través de un ejercicio simbólico sobre sus propias vidas, es desarrollada por la Universidad Autónoma de Manizales (UAM) y Gernika Gogoratuz y financiado por la Diputación Foral de Bizkaia.
Jorge Norvey Álvarez Ríos, docente de la Universidad Autónoma y coordinador del proyecto, menciona que el trabajo que adelantan se centra en agenciar las capacidades de las integrantes del colectivo Eco Heliconias (Samaná) y de la Asociación de Mujeres Indígenas (Riosucio).
“Reconocemos que hay mujeres con muchas capacidades, por eso lo que requieren de las instituciones y tomadores de decisiones es que esas capacidades se articulen y logren avanzar en la transformación de conflictos presentes en los territorios”, añade el coordinador.
Jhoana Gómez es la líder de Eco Heliconias. Ella manifiesta: "El proyecto de empoderamiento femenino que se ha venido realizando me gusta. Las personas que han asistido han logrado iniciar un proceso de sanación a nivel emocional. El permitirnos escuchar a otras mujeres y saber que hay personas interesadas en acompañar nuestro proceso en un territorio como Encimadas es verdaderamente muy lindo”.
Puntos de encuentro
El proyecto ha realizado dos actividades, una en cada municipio. Allí, de acuerdo con Álvarez Ríos, se dio paso a la reflexión de las violencias que históricamente han atravesado las mujeres y los mecanismos usados para solucionarlas.
Asimismo, el coordinador expone: “Vamos con la primera etapa del proyecto, que es donde hablamos de conflictos, pero vendrán otros encuentros que van a tratar temas formativos, de emprendimiento y de cierre de brechas económicas”.
Entre tanto, para la profesional adscrita al proyecto, Natalia Rincón Isaza, el trabajo ha sido una oportunidad de encuentro y de establecer redes que ayudan a cerrar brechas. “Las mujeres dialogan, a la vez que describen las mediaciones para transformar las conflictividades y deconstruir las violencias", apunta.
Metodología participativa
En Riosucio, por ejemplo, se contó con la participación de mayores y el gobernador de la comunidad indígena, lo cual le permite reconocer las violencias existentes o invisibilizadas que son necesarias transformar. También hubo mapas corporales a partir de cómo a través de los puntos se reconocen las agresiones.
El encuentro concluyó con una sensación de gratitud entre los participantes, reconociendo las violencias de género que viven las mujeres rurales. Se evidenció un fuerte deseo de sanar y transformar sus vivencias pasadas, lo que destacó el impacto positivo que estos talleres están teniendo en la comunidad.
Jhoana Gómez destaca la importancia del proceso: “Ver cómo nuestras mujeres están viendo en la organización un espacio para ellas, para aprender y salir adelante, es algo fundamental. No queda más que dar gracias, y cuando escucho a las chicas decir ‘es que no quiero perderme ningún taller’, me da la certeza de que vamos por un muy buen camino".
Enfoques
Jorge Norvey Álvarez Ríos, docente de la Universidad Autónoma y coordinador del proyecto, anota:
*“A nivel cultural se han arraigado una serie de violencias que también se vienen en diferentes partes del mundo. Es decir, no es algo propio de nosotros, sino que esto lo viven las mujeres de Sudáfrica y el País Vasco también.
*La Academia también puede hacer aportes desde la transferencia de conocimientos y desde el agenciamiento de capacidades.
*La institución no se limita a una producción académica del tema formativo, sino también aporta sobre cómo la apropiación del conocimiento permite transitar hacia la paz.
*El mayor número de brechas están en la ruralidad. Cuando uno habla de Caldas, podríamos decir que tiene unos unos indicadores muy interesantes, pero cuando se comparan entre lo que ocurre en la cabeza y la ruralidad las brechas aumentan.
*Nuestra idea es trabajar con las comunidades rurales. También queremos llegar a los jóvenes y trabajar con diferentes grupos poblacionales, porque nos interesa aportar como Academia al desarrollo regional”.
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