Foto | Cortesía | LA PATRIA | PEREIRA | El grupo investigador avistó varios individuos de jaguar en la zona a través de cámaras trampa
El hallazgo del tercer felino más grande del mundo en la selva de Santa Cecilia, corregimiento de Pueblo Rico, Risaralda, fue una casualidad no tan casual. El grupo de investigación que lidera el profesor John Harold Castaño, de la Universidad de Santa Rosa (Unisarc), se dirigió a la zona para estudiar al mono araña araña negro, pero encontraron la presencia del jaguar.
El proyecto tiene como finalidad generar procesos de conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible de las comunidades afrodescendientes, en varias regiones, por eso se unieron varias entidades como la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), la Universidad de Caldas, y la Universidad de Santa Rosa (Unisarc), en colaboración con Parques Nacionales Naturales.
Unisarc estableció su lugar de trabajo en el Chocó biogeográfico y también trabaja con los consejos comunitarios de las comunidades negras de Santa Cecilia (Risaralda) y Tadó (Chocó).
Casualidades de la vida
El trabajo en el corregimiento se desarrolla a partir de la fusión de conocimientos científicos y tradicionales. El equipo que lidera Castaño está compuesto por dos investigadores locales, Blas Antonio Cárdenas y Rubén Murillo, expertos en la biodiversidad del territorio y dos biólogas de Santa Rosa de Cabal, Catalina Orrego y Stephany Quintero.
“Ellos conocen profundamente los caminos, los rastros y las dinámicas del bosque. Juntos, logramos ubicar las cámaras en los sitios más prometedores, lo que permitió este hallazgo”, explicó el profesor.
Entre Blas y Rubén ya habían avistado huellas de un posible jaguar en las selvas, pero no lo habían confirmado. La primera impresión de Blas fue decir que se trataba a lo mejor de un puma, pero las huellas eran más grandes, por eso instalaron una cámara trampa que registró al animal. Sin embargo, no fue un buen registro.
"Primero vimos huellas grandes y pensamos que podían ser de un puma, pero había algo diferente. Fuimos con el equipo, instalamos cámaras y ahí estaba: el jaguar. Fue increíble", cuenta Rubén.
Pero no lo pudieron comprobar hasta que llegó el proyecto y gracias a los recursos, instalaron cámaras en las zonas donde ellos pensaban que podía pasar el felino y así fue.
Un hallazgo significativo
“El jaguar es un ícono de la conservación en América Latina. Su presencia aquí abre oportunidades para fortalecer las conexiones genéticas entre las poblaciones”, afirmó Castaño.
Este descubrimiento podría movilizar recursos internacionales y estatales para desarrollar estrategias de conservación en la región.
El proyecto también resalta el papel crucial de las comunidades afrodescendientes. Estas mantienen bosques de respaldo, áreas protegidas por tradición donde conservan árboles maderables, plantas medicinales y fauna.
Este modelo cultural ha permitido preservar ecosistemas clave para especies amenazadas como el jaguar y el mono araña negro.
“La cultura negra ha sido fundamental en la conservación. Es gracias a sus prácticas tradicionales que encontramos bosques en buen estado para realizar nuestros estudios”, destacó Castaño.
Aunque el hallazgo del jaguar es alentador, la región enfrenta desafíos significativos, como el limitado acceso por vías precarias y la presencia de actores armados ilegales.
“Trabajamos en estrecha coordinación con los consejos comunitarios, quienes nos informan cuándo es seguro acceder al territorio”, aseguró el profesor.
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