María Hasenneth Arias

Yo, como esposo entristecido por la inesperada desaparición de mi linda e incomparable esposa María Hasenneth Arias, razón de mi vida y a quien le debo todo lo que soy, he deseado rendirle un homenaje en las páginas del periódico La Patria, del cual, por decisión de ella, somos suscriptores. Ella, como docente del Magisterio Educativo de Manizales durante muchísimos años, dedicó gran parte de su vida a la educación. Inició su labor educativa en los años 60, primero en la Escuela Restrepo Maya; luego en la Escuela Gran Colombia; después, como directora de la Escuela Marcos Fidel Suárez. Posteriormente, pasó de la primaria a la secundaria: primero en el Colegio de Aranjuez; de ahí, al Colegio Isabel La Católica como coordinadora; luego al Colegio Alfonso López Pumarejo, cuando recién lo crearon en el local de la Escuela Juan XXIII, y, finalmente, en el Colegio Integrado de La Sultana, siempre como coordinadora, hasta lograr su pensión de jubilación. Como ilustre educadora en este bello Manizales, se merece todos los honores y agradecimientos. Me regaló cinco maravillosos hijos que honran a la patria: tres mujeres y dos hombres: Ana Milena, Gloria Aseneth, Juan Paulo de Jesús, Claudia Marcela y Germán Elías, quienes supieron recibir su educación y formarse como profesionales en distintas ramas universitarias. 
Paz en su tumba.
Juan de Jesús Mayorca Angulo.
 

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