El vehículo incinerado.

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El vehículo incinerado.

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LA PATRIA | MANIZALES

Los otrora comandantes del Gaula Caldas y Risaralda, Martha Emilia Gañán Rojas y Dillman Augusto Carrillo Cáceres, respectivamente, además del uniformado Jorge Iván Ladino Montoya, serán condenados por el secuestro, tortura y asesinato del comerciante José Arley Sánchez Carvajal, a quien sacaron con engaños del restaurante La Clave del Mar, del barrio Palermo, de Manizales, hace 12 años y medio.

Con ellos serán 7 los policías sentenciados por este caso. En audiencia del lunes pasado, el Juzgado Primero del Circuito Especializado de Manizales les dio sentido de fallo condenatorio. Exoneró a Juan Carlos Uribe Cardona, por dudas.

La sentencia se leerá en otra fecha y se ordenó capturar de inmediato a los tres uniformados. Los abogados anunciaron desde ya que apelarán de la decisión. Para Gañán Rojas se pidió domiciliaria por ser madre cabeza de familia de dos menores de edad, pero el juez expresó que no se pronunciará sobre eso en el fallo, por expresa prohibición de este tipo de beneficios para esos delitos.

Lo que dijo el juez

1. Dillman Augusto Carrillo Cáceres, condena por homicidio agravado y secuestro extorsivo agravado.

  • "Desde que la víctima fue retenida, hasta que la subieron al carro que terminó incinerado, estaba viva. El secuestro se convirtió en homicidio. Se quiso mostrar como un procedimiento del Gaula Risaralda, pero en la forma en que se práctico, para la gente desprevenida era un secuestro".
  • "Esa retención tuvo condiciones monetarias, de manera sombría. Se usó la pistola táser en 26 veces. Cuando sacaron el arma de Pereira se aseguraron de que tuviera cartuchos cargados. El actuar de Carrillo fue irregular y se aprovechó de la indefensión de la víctima".
  • "Es evidente que hubo una distribución de roles y el afectado no fue sometido a canales regulares para ser protegido en el supuesto procedimiento. Terminó calcinado. Fue un caso irregular y a la vista de todos"

2. Jorge Iván Ladino Montoya, condena por secuestro extorsivo agravado y homicidio agravado.

  • "Un procedimiento de esos avanzó de manera bastante escabrosa. Se hizo entre varios. Hay coautoría".
  • "Es evidente que fue retenido arbitrariamente, usaron táser y terminó quemado vivo. Fue entregado a una tercera persona. Sabían el dolo que había en su actuar".
  • "Nadie compromete su fuero personal o profesional en algo tan grave, si no sabe a lo que se atiene. Usaron un elemento oficial para torturar a un ciudadano".
  • "Desde la retención de la persona en Clave del Mar se sabía que era la crónica de una muerte anunciada".
  • "Estuvo en casa de Carrillo, recibió al supuesto capturado y por eso se vincula al resultado final".

3. Martha Emilia Gañán Rojas, condena por homicidio agravado y secuestro extorsivo agravado.

  • "Llegó a La Clave del Mar, enterada de que era un secuestro y se le advirtió de la similitud de su carro con los que solía usar el Gaula".
  • "Tuvo dos reuniones con Carrillo y se conformó con lo que le dijeron: que la víctima estaba en Pereira, pese al evidente procedimiento irregular".
  • "No puede hablar de subordinación, ella podía preguntar, ahondar, uno era capitán, en Pereira, y ella mayor, en Manizales. Estaba en su jurisdicción y podía indagar. La justificación de Carrillo era insuficiente. Estuvo en su ámbito de competencia y no interfirió".
  • "Carrillo se le llevó a una persona, de manera irregular, de su jurisdicción, sin que hiciera nada, siendo un secuestro a simple vista. Tuvo un comportamiento omisivo que facilitó con su silencio que todo terminara como terminó".

4. Juan Carlos Uribe Cardona, absuelto de favorecimiento

  • "Uribe Cardona era un armerillo. No se demostró que con el encubrimiento buscara asegurar impunidad".
  • "Recibió orientaciones de sus superiores, calló lo de las placas y ayudó a cambiarlas, como reconoció la mayor que se lo ordenó".
  • "Mostró disposición en la investigación, en la que había mucho desorden, por cuenta de Carrillo y Gañán. Debía informar esos detalles, pero quizá por miedo guardó silencio, al venir todo de sus superiores".

El caso, paso a paso

  • 8 de enero de 2011, a las 3:20 de la tarde, en el restaurante La Clave del Mar, en Palermo, José Arley Sánchez Carvajal, de 38 años, natural de Marsella, departía con otras personas. Cuando salió, unos hombres lo retuvieron y le aplicaron descargas con una pistola táser (tábano eléctrico de defensa personal).
  • Aún convulsionando, lo subieron a un Aveo, con placas de Chía. Se identificaron como del Gaula e indicaron que era una detención con orden de captura.
  • Muchos testigos vieron lo que pasó. Uno acudió al CAI del barrio y otro llamó al 165. Les sorprendió la manera en que fue detenida esa persona. Al secuestrado, en el camino, lo cambiaron a otro carro.
  • A las 11:20 de la noche de ese día se reportó el incendio de un vehículo en la vereda Las Palomas, de Palestina. Ardía más en la parte trasera, donde los socorristas encontraron un cuerpo calcinado, sin brazos ni piernas. Luego se estableció que se trataba del plagiado, quien estuvo detenido unas ocho horas. Se debió acudir a la carta dental.
  • Al día siguiente la compañera sentimental de la víctima recibió llamadas extorsivas. Le pedían $80 millones por su pareja. Luego, terceros ocuparon sus bienes. "Es claro que se trató de cobros de cuentas por narcotráfico", sentenció el ente acusador.
  • La hoy teniente coronel Martha Emilia Gañán Rojas habría acudido posteriormente al lugar del secuestro en el barrio Palermo, en un Aveo, que testigos, sorprendidos, indicaron que era igual al carro en que se llevaron al hombre. Lo único diferente era el último número de la placa. "Se cambió el 2 por el 1".
  • Al parecer, la oficial no rindió informe a la fiscal de lo sucedido, se demoró para hacerlo. Y cuando la entregó, era errada. Dio diferentes versiones de los hechos, contó el ente acusador.
  • Según la Fiscalía, los victimarios obligaron al comerciante a firmar escrituras y documentos en los que traspasaba varios de sus bienes a terceras personas.
  • Durante la investigación se dijo que el vehículo utilizado para el secuestro era del entonces comandante del Gaula Risaralda, Dillman Augusto Carrillo Cáceres.

"Grave que personas que deben proteger la libertad de las personas (Gaula) tengan vínculos con Cordillera (banda delincuencial de Pereira) y digan que no sabían que era un secuestro, que fueron asaltados en su buena fe. Todo mundo sabía lo ocurrido, menos ellos": Fiscalía.

El asesinado era dueño de caballos, de negocios, viajaba cada seis meses de Manizales a España y viceversa. Al parecer, vinculado al narcotráfico. Había interés de terceros en su muerte. El móvil fue el cobro de una deuda de Cordillera. Lo secuestraron y se lo entregaron a hombres de esa banda", contó el ente acusador.

Las otras condenas

  • La patrullera del Gaula Risaralda Liliana Marcela Martínez Cristancho recibió una condena de 11 años de prisión por los delitos de secuestro extorsivo y favorecimiento.
  • El patrullero Jhon Jairo Gutiérrez Grajales, 17 años y dos meses por secuestro simple y homicidio agravado.
  • Intendente Francisco Javier Hidalgo Quintero, 2 años y 8 meses por favorecimiento (saber del hecho y encubrir).
  • Intendente Adalberto Zuluaga de los Ríos, 2 años y 8 meses por favorecimiento (saber del hecho y encubrir).