Una mujer empacando rosas en el cultivo de Flores de los Andes en Bogotá (Colombia).

Fotos | EFE | LA PATRIA Una mujer empacando rosas en el cultivo de Flores de los Andes en Bogotá (Colombia).

Autor

Ovidio Castro Medina

EFE | LA PATRIA | Bogotá

Los productores de flores de Colombia respiran más tranquilos porque podrán seguir exportando sin aranceles 900 millones de tallos a Estados Unidos, un mercado que llegó a estar en riesgo por las disputas entre los presidentes de los dos países en vísperas de San Valentín, la festividad estadounidense más romántica del año.

Estados Unidos es el principal mercado para las flores colombianas, un sector de gran peso económico, social y comercial pues es el segundo producto no minero energético exportado por el país, después del café, y un gran generador de empleo, con 200.000 puestos de trabajo.

Por eso el pasado 26 de enero la floricultura vivió horas de angustia cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la imposición de aranceles del 25 % a todos los productos colombianos ante la negativa de su homólogo Gustavo Petro a permitir la entrada de dos aviones enviados por ese país con migrantes deportados, pero la restricción comercial finalmente no se concretó.

"Indudablemente lo que sucedió el domingo (26 de enero) fue un momento de desconcierto que causó un gran susto porque estábamos en la mitad de la temporada de San Valentín, una de las dos más importantes para la floricultura (junto con el Día de la Madre) y eso (los aranceles) habría causado un desastre", dice a EFE el presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), Augusto Solano.

El empresario subrayó que los productores de flores no están en capacidad de absorber un impuesto del 25 % y como "por lo general un arancel lo paga el importador en el momento de entrada del producto, probablemente en esas circunstancias (los compradores) habrían rechazado los pedidos".

Producto crucial para Colombia

Lo cultivos y ventas de flores generan anualmente 110.000 empleos directos y 90.000 indirectos en Colombia donde las principales especies exportadas son las rosas, claveles, crisantemos, hortensias y astromelias.

Además, para la producción destinada a San Valentín, que se celebra el 14 de febrero, el sector crea 20.000 trabajos adicionales en las fincas, lo que supone ingresos complementarios en las zonas rurales.

Al referirse a lo que pudo haberse ido a pique si se hubieran concretado los aranceles de EE.UU., Solano dijo: "Estamos hablando de más de 60.000 toneladas (de flores), 900 millones de tallos, eso puede representar un 18 % de las exportaciones anuales del sector".

"El año pasado el país exportó 2.300 millones de dólares (en flores) y esto es muy significativo porque para esta temporada todos los cultivos que participan en estos despachos han incurrido en costos inmensos y ni qué hablar de los costos de transporte que por esta época son más altos", asegura.

Y sobre la petición del Gobierno colombiano de que los empresarios deben buscar otros mercados, para no depender tanto de EE.UU., Solano asegura que eso no se logra rápidamente y que la floricultura exporta ya a más de 100 países pero "Estados Unidos es el principal comprador de flores".

Mano de obra femenina

En Colombia hay cerca de 10.000 hectáreas con cultivos de flores, principalmente en la sabana de Bogotá y en el departamento de Antioquia (noroeste), y el 65 % de los puestos de trabajo lo ocupan mujeres.

"Tengo más de 40 años con la empresa y gracias al trabajo he podido educar mis tres hijos que hoy en día son profesionales", dice a EFE Ángela González, una de las 900 operarias del Grupo Andes, que tiene dos fincas en las afueras de Bogotá.

El mayor exportador de flores del mundo es Países Bajos, con cien años de historia, mientras que Colombia es el segundo, con una industria que tiene menos de 60 años y actualmente destaca por tener 1.400 variedades únicas.

En ese sentido, Solano recuerda que los cultivadores se han especializado en mercados, pues los compradores "tienen preferencias por unas flores, por unas variedades, por unos colores y se siembra de acuerdo a los momentos de cada país, de manera que eso no se cambia de la noche a la mañana" si de diversificar mercados se trata.

Una transición "llevaría muchísimo tiempo porque probablemente haya que cambiar el material vegetal de los cultivos (plantas y semillas) porque las flores que se venden en un supermercado en Estados Unidos no son las que piden en Japón ni en Europa", concluye el presidente de Asocolflores.


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