El Estrecho del Magdalena llama la atención en el Macizo Colombiano, sur del Huila. En este punto por solo 2,20 metros pasa el río más grande de Colombia.

Fotos | Óscar Veiman Mejía | LA PATRIA

El Estrecho del Magdalena llama la atención en el Macizo Colombiano, sur del Huila. En este punto por solo 2,20 metros pasa el río más grande de Colombia.

LA PATRIA | Manizales*

Vamos a comenzar esta historia con Wilson Fernando Correche por una razón: él recuerda una imagen que lo dejó maravillado e impactado. Ocurrió hace 12 años en su casa en Popayán. “Estaba viendo un documental por televisión. De pronto, empezaron a mostrar y a narrar sobre un sitio donde el ancho del río Magdalena apenas mide dos metros con 20 centímetros. Me quedé mirando fijo ese punto, no lo olvidé nunca”.

Pues bien, el 20 de septiembre pasado estaba en ese lugar, con su esposa, haciéndose la foto como testimonio de su recuerdo. “Es increible que un río tan ancho, en su largo recorrido por el país, tenga una parte donde tanta agua pasa por unos cuantos centímetros”, comenta.

Wilson Fernando y otros turistas aprovecharon el día soleado en este paraje del Macizo Colombiano para mirar en detalle el extraño fenómeno bautizado para el mundo como el Estrecho del Magdalena.

Para todos difícil de entender lo que sucede en medio de rocas y más rocas, árboles gigantes, maleza y mucha, mucha agua. Entonces, mejor preguntar a alguien que conoce palmo a palmo la zona.

Antes de tener la respuesta con Karen Ordóñez, guía turística del municipio de San Agustín (sur del Huila) es clave recordar tres datos sobre  el río de la patria: 1. Su longitud es de 1.600 kilómetros. 2. Su profundidad promedio es de 12 metros. Y el mas importante, para el caso que nos ocupa hoy y que nos sirve de comparativo, 3. Su máximo ancho es de un kilómetro con 73 metros en su paso por el municipio de Plato, en del departamento de Magdalena.

Infografías | Juan Carlos Hómez | LA PATRIA

 

Explicaciones

Formaciones de hace millones de años diseñaron un canal natural de 2,20 metros por donde de manera increíble pasa el río Magdalena, luego de 80 kilómetros de su nacimiento en el páramo de las Papas.

Ahora sí, con ustedes: Karen. Ella, como decíamos dos párrafos atrás, sabe de cada rincón del sur del Huila, incluido el Parque Arqueológico y los impactantes paisajes del Parque Natural Nacional Puracé. Y, claro, los secretos del río, que por allí empieza su viaje, entre montañas y valles en busca de Bocas de Ceniza para desembocar en el mar Caribe.

Ella expone: “En este punto el Magdalena ha recorrido unos 80 kilómetros, tras nacer en el páramo de las Papas. El agua es un poco oscura, pero es natural, debido sobre todo a los minerales y otros elementos en la zona”.

La guía gira y comenta que la peña donde está parada y sus alrededores corresponden a una formación volcánica, producto de una erupción, pero no de volcán como tal sino de fractura de placas tectónicas como consecuencia de la formación de las cordilleras.

Entonces, viene lo sorprendente. “La naturaleza dejó este sitio angosto, donde el cauce se reduce a 2 metros con 20 centímetros. Igual pasa mucha agua, en una profundidad que se calcula en unos 15 metros”.

Es un canal natural, por el cual el río se ve obligado a descender. Son unos 800 metros de longitud, en los que el ancho varía entre los 2 metros con 20 y los 4 metros.

En este sector, los indígenas llamaron al Magdalena Gauca-hayo (río de las tumbas). “Siempre se nos ha dicho que el cauce va de sur a norte por el país, pero en realidad en esta parte va de occidente a oriente. Luego, en Timaná, donde se separan las cordilleras Central y Oriental, toma la dirección sur-norte”, dice Karen.

Ella advierte que en el fondo del estrecho, el río ha formado cavernas. Y que varias personas que se han puesto el reto de saltar los dos metros con 20 centímetros han perdido el equilibrio y la vida al caer al agua.

 

Ruta

La llegada al Estrecho del Magdalena es desde la cabecera municipal de San Agustín, tras un recorrido en carro de unos 20 minutos. Se desciende por unas escaleras en concreto. Lo que siguen son piedras en medio de bosques y agua.

En una curva de la carretera, antes de ingresar a este diseño de la naturaleza, queda la casa de una abuela llamada Guillermina, de una madre llamada Clelia y de una hija llamada Listbina. Ellas son de la familia Rengifo y dueñas de la empresa Libertejidos.

El furor por el Estrecho también las favorece, pues los turistas pasan por allí y se antojan de sus sombreros, bolsos, pelucas, mochilas e individuales, elaborados en fibra de plátano. En agosto es temporada alta con la presencia de europeos que huyen del invierno. Las ventas suben para todos.

De nuevo, Karen tiene la palabra. “Aquí encontramos rocas que utilizaron los indígenas para hacer los cinceles, con los que tallaron figuras, como las que vemos en el Parque Arqueológico de San Agustín, ubicado a 10 minutos de la cabecera municipal”.

Añade que en el sector también es normal hallar algunos fósiles marinos, con los cuales se prueba que el mar hace millones de años llegaba hasta allí.

Wilson Fernando, el turista de Popayán, camina por el piso enrocado. Como los otros detalla que el agua a su paso por el estrecho es verde claro. Y unos metros más abajo recupera la claridad, al punto que se puede observar la arena del fondo. La contaminación en esta zona no es fuerte como más abajo.

 

Recovecos

La anchura del Magdalena tiene otras expresiones a medida que baja hacia los valles. En La Dorada, un puerto de Caldas de 101 años, son 276 metros, medidos bajo el puente de Ferro-Atlántico, que comunica con Puerto Salgar (Cundinamarca).

Allí vive desde hace 35 años José Ricaurte Castañeda. Ni él ni las autoridades tienen claro las medidas de río en territorio doradense.

“Lo que sí tengo claro es que el Magdalena es mi sustento, y más que eso, es mi vida. Por eso, siempre les pido a mis maestros de pesca que hay que cuidarlo”, expresa el señor.

El Estrecho del Magdalena y su entorno evocan las cuencas en Samaná, Norcasia, Pensilvania, donde el agua de los ríos La Miel, Guarinó, Manso y el Arma, este último en Aguadas (Encimadas), son el telón de fondo de paisajes en los que el viento acaricia las montañas y el cabello de mujeres preciosas, que vienen y van...

Las alarmas del pescador nacido en La Dorada son porque nota que cada vez en el Magdalena se ven menos especies como la gata, o la que ellos llaman señorita, o como el mismo bagre, denominado el rey del Magdalena.

Su mensaje es: “que en el Magdalena Medio; que en el Bajo Magdalena, y que el Alto Magdalena, allá donde nace con su espectacular Estrecho, lo cuidemos para que siga siendo la maravilla que aún es”.

 

*El periodista viajó invitado por Procolombia, con el plan Viaje Mágico por el Macizo Colombiano, una de las seis regiones turísticas de Colombia, el país de la belleza.

 


Haga clic aquí y encuentre más información de LA PATRIA.

Síganos en Facebook, Instagram, YouTube, X, Spotify, TikTok y nuestro canal de WhatsApp, para que reciba noticias de última hora y más contenidos.

Temas Destacados (etiquetas)