Foto | @petrogustavo | LA PATRIA  Petro donde mejor se siente es en la plaza pública donde convoca a a la gente para que salga en defensa de sus reformas el próximo martes.

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Petro donde mejor se siente es en la plaza pública donde convoca a la gente para que salga en defensa de sus reformas el próximo martes.

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JAIME ORTEGA CARRASCAL

EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cumple seis meses en el Gobierno, un periodo marcado por las polémicas, las negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y las reformas prometidas como parte del cambio.

Gracias a alianzas formadas con partidos de casi todo el espectro político, Petro ha gobernado sin oposición y así logró que el Congreso aprobara el año pasado la controvertida reforma tributaria y espera conseguir este año otras tres no menos discutidas: la de la salud, la laboral y la de seguridad social.

Sin embargo, el afán de protagonismo empieza a desgastarlo ante la opinión pública, inquieta además por el alcance de las reformas que presentará al Congreso en estos días y de las cuales se conocen propuestas pero no los textos definitivos de los proyectos, lo que ha motivado críticas a varios de sus ministros.

En el centro de las polémicas están sus ministras de Salud, Carolina Corcho, y de Minas y Energía, Irene Vélez, cuestionadas por su empeño en transformar el sistema sanitario y la política energética del país, no siempre con el rigor científico y técnico necesario.

Pero lejos de buscar consensos sobre los cambios, Corcho y Vélez intentan imponer una agenda en la que, según sus críticos, actúan como activistas y no como ministras.

"El presidente ganó con una agenda de cambio, con unas propuestas que buscaban transformar la realidad de los colombianos pero se fue encontrando con que una cosa es ganar la Presidencia y otra es tener el poder realmente", dice el analista Manuel Alejandro Rayran, profesor de la Universidad Externado de Colombia.

 

Cambios al modelo neoliberal

Las reformas buscan pasar la página del modelo neoliberal implantado en la década de 1990 en casi toda América Latina, y aunque es innegable que se necesitan cambios, la oposición a Petro le critica que quiera comenzar prácticamente de cero en asuntos como la salud.

"La reforma a la salud llevará médicos y médicas a cada hogar en el territorio colombiano para prevenir la enfermedad o curarla antes que sea tarde. Su hogar y el del campesino recibirán las visitas rutinarias del equipo de salud familiar para su cuidado", defendió el presidente en Twitter, red social que se ha convertido en su nueva tribuna para defender propuestas y criticar a adversarios.

Además de universalizar el acceso a la salud, la reforma busca quitarle el poder a las Entidades Promotoras de Salud (EPS), de carácter privado, que hacen de intermediarias entre los pacientes y los prestadores de servicios, y muchas de las cuales han sido protagonistas de escandalosos casos de corrupción.

Con la reforma de las pensiones se intenta asegurar jubilaciones vitalicias dignas para los colombianos mientras que la laboral busca poner fin a la precariedad de los contratos en un país donde abundan los temporales.

En su defensa de las reformas, Petro, atrincherado en su cuenta de Twitter, lanza dardos a diario contra quien cuestione su Gobierno, comenzando por la prensa.

"En estos seis meses hemos visto un presidente que ha recurrido a Twitter con el propósito de mandar mensajes más claros a la comunidad y eso es una falla", agrega el analista.

La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) alerta que con muchos de los tuits el presidente además "pretenden sembrar la duda ante la audiencia sobre la idoneidad" de la prensa.

"En sus publicaciones, el presidente hace correcciones, réplicas o reproches a medios de comunicación por la manera en la que cubren a su Gobierno. También ha calificado la información periodística como falsa y ha replicado mensajes de terceros que se refieren a periodistas de manera desobligante y burlona", reza un comunicado de la FLIP.

 

Desgaste a la vista

Para Rayran, el afán de Petro por imponer su visión de las reformas lo está desgastando no solo con la opinión pública sino incluso con sus aliados políticos, algunos de los cuales han manifestado su disconformidad con la conducción de los proyectos.

"El presidente ha ido gastando sus dos capitales políticos, el que tiene en el Congreso y el de las calles (...) no hay que olvidar que él ganó con una Colombia muy dividida", afirma el analista sobre el llamado de Petro a la gente para que salga a las calles en defensa de sus reformas el próximo martes, un día antes de una protesta convocada por la oposición, estrategia que, en su opinión, "aumenta la polarización".

En sus primeros seis meses en el cargo, Petro ha tenido también logros como el restablecimiento de las relaciones con Venezuela y la reanudación de los diálogos de paz con el Eln, pero en este tema el afán de protagonismo, al anunciar minutos antes de la medianoche del pasado 31 de diciembre un cese el fuego bilateral que no había sido concertado con la guerrilla, causó la primera crisis en la negociación, superada dos semanas después.

 

La hoja de ruta

Gustavo Petro radicó el lunes en la noche su Plan de Desarrollo, una iniciativa calculada en cerca de 1.154 billones de pesos, construida con propuestas entregadas por habitantes de 1.100 municipios del país que participaron en 2.115 mesas temáticas. Entre las principales metas que tiene el Plan se destacan actualizar el catastro multipropósito en un 70%; llevar la pobreza extrema a un dígito; utilizar los excedentes financieros del carbón y del petróleo para hacer una transición energética, y llegar a 2.982.494 de hectáreas de tierra entregadas a las víctimas del conflicto armado.

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