Fanny Bernal Orozco * liberia53@hotmail.com
Para muchas personas la Navidad es un espacio para el festejo, la rumba, el licor, las comilonas y para estar felices. Parece que no hay otra forma de verla. La publicidad se enfoca en compras, los consumos de toda clase, reitera en todos sus mensajes, el llamado a la alegría, a no estar tristes, parece que la tristeza es un ave de mal agüero y hay que mantenerla lejos.
En las reuniones a los presentes que se sienten tristes o nostálgicos, además de no prestarles poca o ninguna atención, se les dice que:
- Son unos amargados.
- Se van a tirar la noche de todos.
La sociedad nuestra le tiene pavor a esta emoción, no le gusta sentirla y menos estar con alguien que la expresa, tanto es así, que buscan medicarse o usar drogas para alejarla lo más rápido posible.
Las emociones nos ayudan a conocer el mundo interno y lo que sucede afuera. Son puentes para conectarnos con otros seres humanos, nos dan información importante para tomar decisiones, para hacer cambios, para responsabilizarnos de nuestros actos, en fin, para transitar por el mundo.
El mundo emocional es complejo. Aprender y entender sobre estos asuntos es de vital importancia, si se quiere vivir mejor y tener relaciones que se edifiquen en la empatía, la solidaridad, la asertividad y el respeto.
Con respecto a la tristeza, es esta una emoción que no se puede evitar. No hay muros para contenerla, así algunas personas hagan muchas cosas para esconderla, negarla, ignorarla o disfrazarla. La tristeza está ahí e informa que algo dentro del ser está sucediendo y que, por lo tanto, es necesario prestarle atención.
Saber escuchar las emociones requiere tiempo, silencio y aceptación. Alguien hizo este comentario en una charla cotidiana:
- "Yo a veces me levanto con una penita y un poco de nostalgia, pero esa es mi tristeza y no me incomoda para vivir".
La función adaptativa de la tristeza, permite prepararse para transitar momentos dolorosos, por conflictos, por pérdidas y, aunque puede ser poco agradable, no hay un listado recetas ni catálogo para superarla con la rapidez como lo predica, promociona y requiere el mundo actual y la publicidad.
En las fiestas navideñas algunas personas están tristes y es muy importante, por tanto, respetarles su silencio y su congoja sin hacerlos sentir culpables ni juzgarlos, entender que la felicidad no es una obligación.
* Psicóloga - Docente titular de la Universidad de Manizales.
www.fannybernalorozco.com
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