Tenía esa “fe ciega” en la que fui programado para no cuestionar, obedecer y tragar entero.
La misma que atrapa a millones de ingenuos corderitos de un rebaño con su pastor o cura.
Si crees ciegamente en eso, lo respeto, pero siento que debo escribir para que algunos despierten.
Quien obra mal, sufre su castigo: no tiene paz, ni un buen hogar, y no es feliz. Infierno eterno y amor infinito de Dios no concuerdan.
@gonzalogallog