La palabra del título es de la usanza de los profesionales y estudiantes dedicados a todas las variantes de la atención en salud.
La causa de este artículo proviene de una consulta mediante la cual un paciente recurre en busca de la verdad, porque aseguraba que no había sido atendido por un paramédico.
El vocablo se ha enseñoreado. Lo escriben y pronuncian, por múltiples mecanismos, con desparpajo, desde hace varios años, todos aquellos quienes atienden pacientes comenzando por la historia clínica. Desde los semestres iniciales, los estudiantes comienzan a relacionarse con la palabra y la adoptan por siempre, sin ningún análisis científico. Los eminentes profesionales, sin distingo de género o profesión o experiencia o sapiencia, la emplean por doquier sin ningún miramiento con el significado real de la palabra.
El empleo lo hacen en el sentido de utilizarlo como sinónimo de análisis de laboratorio clínico, lo cual es un error conceptual.
Analizando realmente el término paraclínico se refiere a todo aquello que se desarrolla, en paralelo con la clínica, con todo su significado teórico y práctico. La palabra utilizada, como se emplea, inadecuadamente, da a entender que se refiere a lo que sucede simultáneamente con la fisiología y la
patogénesis en un paciente.
No hay porqué modificar la frase con todo su significado: Análisis por el Laboratorio Clínico, lo que implica que todo paciente, independientemente de su estado de enfermedad, puede ser estudiado mediante la utilización de procedimientos de laboratorio clínico, para diferenciarlo de otros laboratorios, para identificar el buen o mal funcionamiento del organismo.
Realmente, el concepto del laboratorio clínico es tan antiquísimo como la misma medicina. Las primeras pruebas de la medicina occidental se hicieron en la antigua Grecia cuando el color, cantidad, olor y sabor, para agregar luego consistencia y turbiedad, daban los primeros resultados de lo que suponía, confirmando o descartando, el médico de la antigüedad.
Poco a poco la tecnología, en ese entonces era un método de avanzada, fue siendo utilizada para obtener certeza y precisión. Pasaron siglos hasta tener un laboratorio clínico incipiente que se contrasta con la impensable maquinaria, a finales del siglo XIX y principios del XX, que disponen hoy en día las
unidades de análisis procedentes de todo, y sus componentes, el cuerpo humano.
El laboratorio clínico provee, indudablemente, una información en tiempo real e igualmente tiene procedimientos para analizar sucesos acaecidos con anticipación, lo que constituye un nuevo enfoque en el estudio de los procesos patológicos, que informan antecedentes muy útiles para el diagnóstico y
tratamiento.
Volviendo a la inquietud del paciente, la palabra no se relaciona directamente con paramédicos. Proviene de una pésima traducción o adaptación del inglés. Quizá influenciados por las modas, con un elevado contenido de ambigüedades.
Nunca se le ocurriría a un clínico pensar que el uso del fonendoscopio daría lugar a un resultado paraclínico. El problema no es de instrumentos. Paraclínicos es una palabra a la cual debe dársele una connotación diferente para beneficio de la comprensión clínica.