El martes, 4 de febrero, Colombia fue testigo de un evento sin precedentes: la transmisión en vivo de un consejo de ministros. Este hecho, dicen algunos, va en contra de la ley colombiana (artículo 9, Ley 63 de 1923), dejó a muchos sorprendidos y generó diversas reacciones en la opinión pública.
El consejo de ministros se convocó para discutir los decretos del estado de conmoción y la situación del Catatumbo.
Sin embargo, lo que se observó fue una reunión que dejó mucho qué desear en términos de dirección y liderazgo. El director del Dapre, Jorge Rojas, quien llevaba apenas una semana en el cargo, presentó su renuncia irrevocable tras el consejo. Este hecho resalta la inestabilidad y las dificultades que enfrenta el Gobierno en su gestión.
Durante la reunión, se pudo ver a los ministros expresando sus quejas y preocupaciones, mientras que el presidente, Gustavo Petro, no parecía proporcionar la dirección necesaria. En lugar de enfocarse en los temas críticos, se desvió hacia anécdotas y temas que no estaban relacionados con la agenda del día.
Esta falta de enfoque y claridad en la comunicación es preocupante, especialmente en un momento en el que el país enfrenta desafíos significativos.
Además, la presencia de Armando Benedetti en la reunión generó incomodidad entre algunos miembros del gabinete. La explicación del presidente sobre su presencia fue que Benedetti está ahí porque “está loco”.
Este tipo de comentarios no contribuyen a un ambiente de trabajo profesional y pueden afectar la moral del equipo.
La vicepresidenta, Francia Márquez, también expresó sus preocupaciones durante el consejo, señalando la corrupción en el Gobierno y mencionando que su comunidad se siente descontenta con la situación actual.
Además, se quejó del trato que recibe de Laura Sarabia, la nueva ministra de Relaciones Exteriores, quien ha tenido una trayectoria marcada por controversias. Ante esto el presidente no se pronunció.
Las tensiones internas también salieron a la luz durante el consejo. Una acalorada discusión entre Gustavo Bolívar y Laura Sarabia obligó al presidente Petro a intervenir para calmar los ánimos.
Bolívar acusó a Sarabia de mentir sobre la presencia de funcionarios de Prosperidad Social en la llegada de colombianos deportados, lo que generó un ambiente tenso y poco productivo.
Además, Bolívar sugirió que tanto Sarabia como Benedetti deberían ocupar cargos menos importantes dentro del Gobierno, reflejando las divisiones y desacuerdos internos.
Como mencioné en una columna en el 2019, es fundamental que veamos los cargos públicos como posiciones de liderazgo empresarial y elijamos a personas competentes para estos roles.
El presidente Petro, con su enfoque en la retórica más que en la acción, no está proporcionando el liderazgo que el país necesita.
Este consejo de ministros serviría para una clase; es un reflejo de la falta de dirección, ¿cuáles fueron las instrucciones? ¿dónde están las tareas?. Si usted fuera el directivo (ministro) que salió de reunión con el gerente (presidente), ¿le queda claro los pasos que debe seguir?