Se acaba el año, y es momento de hacer un análisis desde lo público para afrontar el 2025 de la mejor manera posible, con el propósito de evitar los errores cometidos en 2024.
En primera instancia, hablemos de nuestra casa: el Concejo de Manizales. El próximo año asumiré el cargo de primer vicepresidente de esta corporación y, junto con la Mesa Directiva, hemos decidido que es necesario implementar varios cambios importantes.
El primero de ellos es convertir al Concejo en una institución de puertas abiertas para todos los ciudadanos del municipio. Queremos que los líderes comunales, periodistas y cualquier persona interesada en conocer las decisiones y debates puedan acceder al Concejo con total libertad y garantías.
El segundo cambio es la descentralización de las sesiones del Concejo. Debemos llevar nuestras reuniones a los barrios para escuchar y comprender las necesidades de las comunidades, y posteriormente transmitir estas inquietudes a la Administración Municipal para que sean atendidas.
El tercer aspecto prioritario es retomar un mayor control político riguroso. Es fundamental conocer de primera mano qué han hecho y qué están haciendo las secretarías y los entes descentralizados del Municipio. Sin duda, hay más áreas qué mejorar para lograr un mejor 2025, pero por ahora, estas tres acciones son las más relevantes.
Por otro lado, centrémonos en la Alcaldía de Manizales. Reconstruir el desastre dejado por Carlos Mario no es tarea sencilla, pero, paso a paso, se puede avanzar. Sin embargo, esto no será posible si se mantienen vetos hacia instituciones o personas que, por diversas circunstancias, tuvieron alguna relación con su Administración. Es imprescindible dejar claro que la recuperación de Manizales debe hacerse con todos y para todos.
Es especialmente contradictorio que algunas personas responsables de malas decisiones durante la gestión de Carlos Mario sigan ocupando cargos en la Administración actual. Este tipo de incoherencias deben resolverse para avanzar verdaderamente.
En segundo lugar, es crucial abandonar el complejo de Adán y dejar de actuar como si esta Administración fuera la primera en trabajar por la recuperación del Municipio. Es cierto que hemos enfrentado años difíciles, pero Manizales siempre ha sido un territorio resiliente, que ha sabido salir adelante gracias al esfuerzo de su gente, con o sin apoyo del Gobierno municipal.
En tercer lugar, el egocentrismo conduce a la soberbia, y esta, en muchos casos, deriva en irrespeto y maltrato hacia los demás. Este tipo de actitudes puede llevar a creerse autosuficiente y a la falta de autocrítica, factores incompatibles con una gestión gubernamental efectiva. Gobernar exige trabajo colectivo y apertura a las críticas; de lo contrario, las crisis serán inevitables y sus consecuencias serán graves.
Ojalá en el 2025 haya capacidad de escucha y trabajo en equipo por el bien de Manizales.