La senadora liberal Karina Espinosa Oliver, abogada del departamento de Sucre, radicó el 19 de este mes el proyecto de ley Cero Cacho, que pretende modificar el modelo de educación con herramientas para padres y docentes que formen en valores y erradiquen en los niños manifestaciones de violencia como la infidelidad, comúnmente llamada cachos. La iniciativa ha sido motivo de crítica y polémica por considerarse un asunto más moral que legislativo.

Preguntas

1. ¿Está de acuerdo que en Colombia se combata la infidelidad a través del proyecto Cero cacho, que busca reformar la Ley 115 o General de Educación?
2. ¿Es la infidelidad un problema de salud pública en el país?
3. ¿Cómo contrarrestar la infidelidad en nuestra cultura patriarcal y machista?

A favor
Karina Espinosa Oliver
senadora del Partido Liberal
1El proyecto de ley no prohíbe poner los cachos, no penaliza, la conducta no va a llevar a la cárcel a los infieles, no va a poner multas a nadie. El proyecto es una reforma a la Ley 115, a la educación en Colombia, en el que se le da definición de cacho a todo lo que destruye nuestro tejido social. ¿Qué nos está destruyendo el tejido social?, el consumo de sustancias psicoactivas, el bullying, la violencia de género, la violencia intrafamiliar y la infidelidad que también genera homicidios, suicidios, depresión, problemas de salud pública.
2 Claro que sí, porque produce problemas de salud mental, depresión, suicidios, homicidios. Tenemos un grave problema de salud mental por el tema de la infidelidad y no nos hemos dado cuenta. Todos los días hay nuevos casos y toca empezar a tratarlo como un problema de salud pública. Si tenemos una gran ayuda con esta reforma a la educación, empezaremos a educar en estos temas.
“El proyecto es una reforma a la Ley 115, a la educación en Colombia, en el que se le da definición de cacho a todo lo que destruye nuestro tejido social”.
3 Desafortunadamente la infidelidad se volvió moda, las drogas se volvieron moda, el bullyng se volvió moda en nuestra sociedad y tenemos que contrarrestarlo. ¿Cómo?, con educación. Tenemos que volver a educar. La infidelidad no puede ser moda, muchos medios de comunicación con sus contenidos de televisión y de radio nos están vendiendo que la infidelidad es normal, nos incitan a tener no solo una persona sino muchas y de diferentes formas; nos incitan al consumo de drogas, nos incitan a criticar y a burlarnos de la gente. Tenemos que ser capaces de educar de otra forma.
En contra
Luisa Fernanda Roncancio Rodas
abogada, politóloga y especialista en Gerencia Pública
“No incluye que la infidelidad mejore, porque insisto, son procesos internos e íntimos. Incluirlo en una ley viola libertades individuales”.
1 No. Esto hace parte de las libertades individuales. Son decisiones que se comparten en pareja, son procesos personales y no es posible que el Congreso ni un gobierno puedan regularlos a través de reformas. El proyecto lo formula desde el ámbito personal, es una experiencia de vida de lo que le ha pasado. No tendría nada que ver un proceso de cero cacho desde un ámbito familiar y personal. Tampoco desde el ámbito educativo, que deberían excluirse de las convicciones personales e inclusive religiosas como ella lo quiere hacer ver.
2 No, incluso los procesos que finalmente afectan a las mujeres, como lo plantea la senadora, no van en la infidelidad. Son otros, como pueden ser la falta de regulación en la reproducción y la salud sexual frente a las mujeres y a los hombres los que se establecen como de salud pública y no de educación como plantea la congresista y es lo que quiere reformular. Esto es finalmente afectar la libertad de desarrollo, no solamente en la educación, sino inclusive en la familia.
3Desde la reforma sí a la educación, pero fomentando procesos de análisis y de mejoramiento educativo con enfoque de género y enfoque diferencial, desde la primera infancia hasta la educación superior. Esto lo que garantiza es que las personas mejoren en su autoestima y también los índices de violencia dentro de las familias, lo que incluye procesos desde las secretarías de gobierno y la Policía para fomentar las denuncias. Pero no incluye que la infidelidad mejore, porque insisto, son procesos internos e íntimos. Incluirlo en una ley viola libertades individuales. ¿Cómo hace la sociedad para detectar qué personas están siendo ponedoras de cachos? Ahí entraría el gobierno en una esfera privada de los ciudadanos.