El ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, anunció que esta semana saldrá la licitación internacional para escoger al contratista que se encargará de la construcción de la nueva Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Los Cámbulos, con la que se pretende recuperar el 50% de las aguas contaminadas que fluyen por el cauce del río Chinchiná, y que estará ubicada entre los municipios de Villamaría y Manizales.
Así terminaron cerca de 7 meses de incertidumbre sobre este proyecto, en el que se invertirán unos $110 mil 168 millones, cuyo 39% ($42.080 millones) serán aportados por la Nación. Los demás recursos son de Aguas de Manizales e Infimanizales por $47 mil 148 millones (43%), la Alcaldía de Manizales por $13 mil 520 millones (12%) y Corpocaldas por $6 mil 700 millones (6%). Hay la posibilidad que más adelante Villamaría se vincule, ante la opción de que sus aguas negras sean llevadas también a la planta.
Esta iniciativa, de la que se viene hablando desde hace cerca de 23 años, está a la espera del visto bueno del Banco de Desarrollo del Estado de la República Federal de Alemania, que la financiaría, para poder hacer públicos los términos de referencia para su construcción. El propósito es que a finales de este año se tenga seleccionado el oferente ganador y que a comienzos del próximo año arranquen las obras, las cuales estarían concluidas en el 2023.
Una vez que entre en funcionamiento, las aguas servidas desde el sector de Maltería hasta el barrio Estambul, en Manizales, irían a la PTAR para su tratamiento de purificación y posterior devolución al río Chinchiná. Ese será un gran avance en el camino de protección del medioambiente en la región, con un impacto positivo para toda la parte baja de la cuenca.
El compromiso deberá ser seguir bajando la contaminación en todos los niveles para que haya una recuperación ambiental que se traduzca en mejora en la salud de todos los pobladores de la zona. Ese es el mismo objetivo con el que se avanza en el Plan de Ordenación y Manejo de Cuenca Hidrográfica (POMCA) del río Chinchiná, con el que se esperan resultados muy positivos. De esa cuenca también hacen parte los ríos Guacaica, Claro, Blanco, Molinos y las quebradas Olivares y Manizales, con incidencia en todos los municipios del Centro Sur caldense.
Debemos recordar que, en noviembre del año pasado, cuando estaba por terminar el gobierno del exalcalde Octavio Cardona, el proceso de adjudicación de la PTAR fue suspendido por el hoy alcalde, Carlos Mario Marín, debido a posibles irregularidades en la contratación que se haría con una empresa mexicana, que quedaba como la única habilitada para obtener la adjudicación.
Hoy, al parecer, habría garantía de la llegada de más oferentes y de un mecanismo más transparente, según lo afirmado por Marín. Ojalá así sea, y que el aplazamiento del proceso no termine siendo solo una pérdida de tiempo. De hecho, hubo duros cuestionamientos a finales del año pasado acerca del sitio de Los Cámbulos, y ahora se afirma que ese es el mejor lugar para la obra. Ahora lo que se necesita es que se pueda concretar pronto, sin más demoras, y que Villamaría, como es lo lógico, se integre al proyecto.