El reciente balance del Instituto de Financiamiento de Caldas (Inficaldas) en la Asamblea Departamental deja claro que el proyecto energético Miel II está paralizado, solo pagando multas y con el riesgo de que nunca se concrete. Esa es la iniciativa principal que impulsa la Promotora Energética del Centro, creada por Inficaldas para enfocar esfuerzos en la concreción de esa iniciativa, la cual más que avances parece tener retrocesos.
Lo grave es que pasan los años, se hacen convocatorias para encontrar socios que ayuden a financiar el proyecto, y pese a tener asegurada la comercialización de la energía durante 10 años y, por tanto el retorno de la inversión, ningún posible aliado se compromete con ejecutar esa importante obra energética, que está previsto construir en el oriente de Caldas, entre los municipios de Samaná, Victoria y Marquetalia, para generar 120 megavatios. Para concretarla se necesitan 250 millones de dólares, cerca de $1 billón.
Así las cosas, tiene que haber algún tipo de falla en el esquema del negocio que actúa como barrera para que ningún inversionista quiera comprometerse, y bajo esa premisa resulta infructuoso insistir bajo las mismas condiciones. Debemos entender que sin quien aporte capital de riesgo será imposible volver realidad Miel II, y que es posible que haya que ceder un poco en las pretensiones de ganancias y manejo del Departamento, si queremos verlo en funcionamiento.
Se tiene el compromiso, ante el Gobierno nacional, de tenerlo generando en el 2023, lo cual ya resulta imposible, tomando en cuenta que se necesitan unos 36 meses para su ejecución. Debido a que no se cumplió con el inicio de las obras en el tiempo previsto, ya Inficaldas tuvo que pagar una multa de $1 millón de dólares, y se expone a más sanciones e inconvenientes si no descongela esa valiosa iniciativa.
El hecho de que hace tres años haya sido avalada como necesaria para el país e incluida en la subasta nacional de energía tendría que haberla impulsado para su concreción, más cuando por el mismo tiempo surgieron los problemas de Hidroituango, lo cual le dio más sentido a su creación.
La respuesta de la Gerencia de Inficaldas frente a esta situación preocupante es que están haciendo una nueva convocatoria abierta con el fin de atraer inversionistas, entre ellas Power China international. Este nuevo intento no puede fracasar, ya que si eso ocurre lo mejor sería no seguirse desgastando y sosteniendo una nómina costosa en la Promotora Energética del Centro, que ha demostrado su incapacidad para sacar esa iniciativa adelante.
Está bien que se haya demandado con el propósito de recuperar el dinero de la multa, bajo el argumento de que hubo una posición dominante de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), en medio de una coyuntura que se presentó, producto de la covid-19, y ojalá se obtenga una respuesta positiva, pero eso no borra la realidad de la inoperancia y nula efectividad en el cumplimiento del objetivo de tener Miel II en construcción.