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“Al 2019, la tasa de cobertura bruta alcanzada correspondía al 84,5%. Sin embargo, si la cifra se desagrega según nivel escolar, la tasa bruta alcanzada en media (66,1%) es la más baja de todo el ciclo escolar, pese a que la cifra en secundaria (93,3%) es la más alta en términos de cobertura”. Esta afirmación del reciente informe de Manizales Cómo Vamos alrededor de la educación primaria y básica requiere de una rápida reacción desde las autoridades educativas en la región. Hay que lograr una cobertura del 100% y evitar que haya estudiantes que se retiren a mitad de camino.
Es necesario analizar las causas por las cuales gran parte de los jóvenes llegan solo hasta noveno y después, simplemente, abandonan los estudios. De hecho solo 6 de 10 estudiantes que terminan primaria concluyen el bachillerato, pero es en los dos últimos grados en los que se experimenta la mayor deserción, ya que de los 10 iniciales 9 llegan hasta noveno. Los colegios deben emprender un trabajo de seguimiento para ir en busca de los alumnos de la educación media (10 y 11) que abandonan, y hallar los mecanismos para que regresen y terminen.
Todos los actores del sistema tienen en este momento la responsabilidad de aplicar estrategias que aseguren que todos los jóvenes que comienzan concluyan sus estudios. Asegurarse de que, por ningún motivo, haya abandono. Es fundamental que haya estímulos y oportunidades para estos jóvenes, de tal manera que muchos de ellos continúen, incluso, en la formación tecnológica y profesional. La educación es el camino indicado para lograr una mejor sociedad, y en la concreción de ese propósito no debe ahorrarse ningún esfuerzo.
Es verdad que la matrícula, en general, ha bajado, debido a que desde comienzos de este siglo se acentuó un decrecimiento significativo en la tasa de natalidad, lo que se vio reflejado en las cifras del censo del 2018, realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). No obstante, todavía falta bastante en el propósito de mejorar la cobertura, sobre todo en educación media. Ahora bien, es innegable que la pandemia que afrontamos dificulta el proceso, porque la cobertura ahora también plantea desafíos tecnológicos que tendrán que ser tenidos en cuenta.
Adicionalmente, la calidad educativa se está viendo afectada por la actual emergencia sanitaria. Los retos se están multiplicando en ese sentido, más si se observa que en la reciente medición de competitividad a Manizales le va muy bien en casi todo, pero muy mal en educación primaria y secundaria, donde se requiere trabajar más en calidad y pertinencia.

Debe hacerse, sin lugar a dudas, un gran cambio en el sistema para que se aproveche el talento de los estudiantes, y con herramientas innovadoras aprovechar todo su potencial. Hay que trabajar bastante en cerrar las brechas sociales que ahora son más visibles, debido a las deficiencias que se tienen en conectividad. De igual manera, sería conveniente que en el sector público se tenga una educación preescolar completa y de calidad, para un buen arranque del proceso educativo.