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Diciente el resultado del sondeo de lapatria.com sobre si se está demorando más en movilizarse a causa de las obras públicas en Manizales. De 628 personas que participaron entre lunes y martes de esta consulta, el 90,45% respondió que sí, y solo el 9,55% dijo que no. Ratifica este resultado los datos del Informe de Calidad de Vida 2022 realizado por Manizales Cómo Vamos, en el que 47,5% de los manizaleños consideran que sus trayectos habituales tomaron más tiempo que en el 2021; es decir, este problema se agrava año tras año y está afectando la cotidianidad local y, por ende, la competitividad.
Las ciudades más competitivas son las que permiten, entre otras cosas, a sus habitantes reducir tiempos para realizar trámites y diligencias; porque el ahorro lo pueden destinar al descanso, la recreación, la familia, la buena alimentación, la educación, la cultura. Pero en Manizales viene ocurriendo lo contrario y la movilidad urbana es cada vez más problemática, no solo por el aumento desmesurado del parque automotor -de todo tipo de vehículos, pero en especial de motocicletas-, sino también por medidas administrativas de la Alcaldía que poco o nada han ayudado a mitigar el impacto negativo, como el pico y placa para carros particulares.
Esta restricción fue expedida en mayo del 2022 para construir el intercambiador vial de Los Cedros, en la intersección de la Avenida Kevin Ángel con la salida a Neira, obra que lleva solo un 30% de avance. La Alcaldía, queriendo subsanar intempestivamente las críticas por las demoras en esta obra y avanzar, anunció que durante dos meses a partir del lunes y hasta el 15 de noviembre habrá un cierre total en el carril de descenso desde la U. Autónoma y hay preocupación, porque no se entiende cómo mitigarán lo que se viene en el tránsito urbano.
Todos los carros livianos, dice la Alcaldía, deberán circular por los barrios San Jorge y La Asunción, que ya soportan un tráfico alto y sus calles son estrechas, y por el puente Olivares que tiene problemas y restricciones por falta de mantenimiento, aunque el Municipio asegura que esta semana le hará reforzamiento. Del tráfico pesado, incluyendo busetas de transporte público y los carros recolectores de basura de Emas que van hacia el Relleno Sanitario La Esmeralda en la vía a Neira, no se ha dicho nada, más allá de que tengan paciencia, lo que ya ha dado bastante la comunidad de esa zona y del norte de Caldas. Al parecer, tampoco han tenido en cuenta la seguridad que deben garantizar para transitar en horas de la noche por el Olivares.


Las nuevas obras de infraestructura vial se necesitan para resolver problemas de movilidad y este intercambiador es un requerimiento, pero el alcalde, Carlos Mario Marín, y su secretario de Movilidad deberían revaluar qué tan conveniente es hacer en este momento un cierre vial de estas características. Ya les cogió la tarde para avanzar en la obra, se sabe que no alcanzarán a terminarla este año. Querer llegar ahora a toda costa al menos a un 75% para finales de diciembre no es responsable con la ciudadanía, que no tiene por qué pagar por las imprevisiones administrativas.