Mesura, prudencia, deberán prevalecer en los análisis y discusiones que comenzaron la semana pasada los integrantes de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, para definir cuál será el aumento del salario mínimo en Colombia en el 2025. De entrada, se espera que ninguna de las partes; ni el Gobierno, ni los empleadores, ni las centrales de trabajadores estén pensando en un alza de dos dígitos, ya que sería imposible sostenerla en las condiciones actuales de la economía.
En una serie de 20 años, los mayores incrementos del salario mínimo se han tenido entre 2022 y 2024, con un pico del 16% en el 2023, que ahora puede estar pasando cuenta de cobro sobre la generación de empleo y la permanencia de empresas en el país, que son las que tienen que hacer el esfuerzo financiero para pagar, además de los salarios, el subsidio de transporte y las prestaciones sociales (vacaciones, primas, cesantías y sus intereses, salud y pensión). Pero ahí no paran las obligaciones de un empleador con todo aquel que gana el salario mínimo. También deben cancelar los aportes parafiscales al Sena, ICBF y cajas de compensación familiar.
Gobierno y empresarios estarían coincidiendo en un aumento que rondaría el 6,2%, $80 mil, de un salario mínimo de $1 millón 380 mil, sin contar el auxilio de transporte que algunos estiman quedaría en $172 mil, para $1 millón 552 mil. Hay que reconocerlo, es poco para que una familia promedio de tres miembros cubra todos los gastos básicos, teniendo en cuenta que no es con precios del 2024 que se debe hacer el cálculo, sino sobre las alzas que se dan a partir del inicio de año. De ser aprobado por consenso, eso recibirían unos 3 millones 316 mil personas en Colombia, según el DANE, pero también señala que hay alrededor de 10 millones 150 mil personas que ganan menos de un mínimo, y ahí es donde comienzan las desigualdades.
Sin embargo, todos deben decidir con el mejor juicio, porque el salario mínimo está sujeto a tres grandes indicadores: inflación, productividad y costo de vida. Y es aquí donde empiezan los desacuerdos, porque mientras el DANE reveló que el dato de productividad en Colombia era de 1,73%, gremios como ANIF, Fedesarrollo, Andi y Fenalco pidieron revisar esta cifra con criterios técnicos. Se basan en que, de acuerdo con los reportes que tienen de los primeros nueve meses del año, la mejora en la productividad fue de 0,9%.
Lo que ocurra esta semana con estas discusiones será clave. Hoy se presentarán las cifras de mercado laboral y del 11 al 15 se hará la presentación y discusión de las propuestas de incremento. De no llegar a un acuerdo en esta Comisión tripartita, el Gobierno deberá aprobar el alza por decreto. Expertos advierten que un aumento desproporcionado, que supere la inflación y la productividad, haría regresar un nuevo ciclo inflacionario, tal como ocurrió en el 2023, cuando el aumento del mínimo estuvo 3% por encima de la inflación y este año fue de 2,8%.
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