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Indudablemente en Manizales hay buenos motociclistas, cumplidores de las normas de tránsito; pero, ¿por qué seguimos teniendo algunos que parecen no querer tomar conciencia ni adoptar estas reglas como la única guía para conducir? La pregunta ronda entre muchas personas que ven, aterrorizadas, los malos comportamientos en las vías de la ciudad. No se sabe si es que prefieren circular en actitud desafiante con las autoridades y hasta con la propia ciudadanía; exponiendo sus vidas y las de todos los que están alrededor.
En videos difundidos hace unos días se ven multitudinarias rodadas nocturnas por la avenida Santander y se escucha que llevan siempre las bocinas activadas, motos sin silenciadores para en su marcha sonar más fuerte; pasándose los semáforos en rojo, aún en cruces peligrosos como el de la calle 51, y a motociclistas haciendo el wheelie o caballito, que consiste en levantar la rueda delantera en movimiento, aunque sea este un punto de cruce permanente de peatones. Más peligros juntos no podrían darse. Y eso que se desconoce si los conductores van en sano juicio o bajo los efectos de algún licor o sustancias.
Para estos casos es que se requiere a los agentes de tránsito, pero con apoyo de la Policía Nacional. No debe repetirse lo del 31 de octubre en esta capital, cuando cientos de motociclistas desacataron la orden emitida por la Alcaldía, que no otorgó permiso a nadie para hacer rodadas en moto buscando proteger a los niños y familias que salieron ese día de Halloween a pedir dulces, pero hubo quienes decidieron pasar por encima de las autoridades y rodaron por casi toda la ciudad hasta altas horas de la noche. Son operativos que deben ser conjuntos para evitar conflictos y que se siga estigmatizando a los agentes de tránsito por trabajar apegados a sus funciones, sin abusar de su autoridad como ocurrió recientemente, lo que debe ser denunciado y sancionado.
Sería muy interesante que la Secretaría de Movilidad propiciara diálogos con los motociclistas. Convocarlos para escuchar sus razones y posiciones; pero también a los que hacen las cosas bien, para que compartan experiencias positivas al conducir y sirvan de ejemplo a los otros. Quizás de un encuentro de este tipo puedan salir soluciones y compromisos reales. Lo positivo de los motociclistas en esta ciudad es que tienen un alto sentido de la asociatividad, la gran mayoría pertenece a clubes y a grupos y eso hace más fácil convocarlos, y por qué no convertirlos desde esos referentes en aliados de una movilidad más segura.

La Alcaldía reportó que desde el 5 de noviembre, cuando se empezaron a aplicar las infracciones mediante el sistema de fotodetección en varios puntos de la ciudad, hasta el 2 de diciembre se generaron 7 mil 962 comparendos, 60% que corresponden a motociclistas; es decir, 4 mil 796, y de este total, 2 mil 548 fueron por falta de revisión tecnicomecánica, mil 941 por no tener SOAT vigente y 307 por cruzar semáforos en rojo. Además, este año en Manizales son 21 los motociclistas que han fallecido en accidentes de tránsito. No son percepciones, ni hay intención de atacar a los motociclistas. Es más bien el deseo de que todos los actores viales circulen sin estar expuestos a riesgos.