Lo que podría ser el comienzo del fin de la guerra entre Rusia y Ucrania, próxima a completar tres años, se estaría dando si Donald Trump es capaz de consolidar un acuerdo entre Vladimir Putin y Volodímir Zelenski. El mundo lo espera porque ya se calculan unos 12 mil 300 civiles muertos, y se estimaba a finales del 2024 que el saldo de combatientes muertos era de 280 mil (200 mil rusos y 80 mil ucranianos). Muertes que se pudieron evitar.
Sin embargo, ronda por la cabeza de muchos en el mundo ¿a cambio de qué Trump busca que este sea el punto final de dicho conflicto? La punta de lanza con Rusia es el canje de presos entre los dos países, que darían paso a otras conversaciones con el Kremlin. Seguramente no será difícil, teniendo en cuenta que, desde su primer periodo como presidente, Trump ha mantenido una relación cercana con Putin; además el restablecimiento de relaciones resultaría conveniente para el Gobierno ruso que ha invertido muchos recursos ya en esta guerra y la economía empezó a cojear.
Las conversaciones con Ucrania van en otra dirección que preocupa a muchos, aunque el fin que hace ver Trump es detener la guerra y lograr una paz duradera en esta parte del mundo. En un borrador de acuerdo se plantea darle continuidad al apoyo estadounidense a Ucrania para beneficiar su economía y ayudar a su reconstrucción a través de inversionistas norteamericanos; pero además deja claro que no llevará tropas norteamericanas a Ucrania y le pidió a Kiev acceso a beneficios hasta por 500 mil millones de dólares representados en la explotación de recursos minerales de Ucrania, en las llamadas tierras raras, a cambio del apoyo que Washington le ha dado, una posición que Trump tiene desde su primer periodo presidencial.
Trump habla del éxito que fueron las largas conversaciones telefónicas sostenidas esta semana con sus dos homólogos para que la paz entre Rusia y Ucrania sea un hecho; pero está soportando este propósito en una delgada cuerda que podría romperse rápidamente por la fragilidad de lo que se estaría negociando, además por la personalidad camaleónica de Trump y de Putin y los planteamientos de Zelenski, convencido de que hay que alcanzar una paz pero justa, dentro de lo que sin duda está el ingreso de Ucrania a la OTAN que ha sido una lucha, pero en lo que Trump y Putin no están de acuerdo. Ninguno está dispuesto a perder y ese es un gran riesgo.
Especialmente en Europa, donde Trump tiene fuertes contradictores, no hay acuerdo en que sea la forma de conseguir la paz. La comunidad internacional espera que esto no motive revivir viejas tensiones y que los acercamientos que está haciendo el presidente norteamericano no sean fugaces anuncios y vayan dirigidos es a alcanzar un acuerdo negociado con Rusia, porque ya lo había planteado. Si hay intención de paz, Putin y Trump deben demostrarlo incluyendo a Ucrania en la construcción de cualquier acuerdo. Rusia y Estados Unidos son las dos naciones con más armamento nuclear, y que ya estén hablando de paz es al menos una luz para empezar a pacificar esta zona del mundo.
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