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Seguir aplicando este año la Ley 2101 del 2021, que busca reducir la jornada laboral en Colombia hasta llegar a 42 horas semanales en el 2026, podrá ser muy positivo para los trabajadores, pero no es conveniente para las empresas, especialmente para las medianas y pequeñas que están teniendo que enfrentar fuertes presiones por los desajustes de la economía nacional. A partir del 15 de este mes se deberá bajar otra hora más al tiempo total de trabajo en una semana, tal y como ocurrió en el 2023, cuando se empezó a aplicar la ley promovida por el gobierno de Iván Duque. Deberá pasar de 47 a 46 horas, y lo que viene para los próximos dos años es reducir dos horas en cada uno hasta llegar a la meta propuesta de 42.
Nadie duda que lo que motiva esta ley es muy bueno, al buscar promover una mejor calidad de vida mediante el equilibrio entre lo laboral y lo personal para que los trabajadores logren mayores índices de productividad y de eficiencia. Esto se da teniendo en cuenta que América Latina es de las regiones del mundo donde más se trabaja al año. Colombia, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que compara este tema con otros países de América Latina, supera a la mayoría en horas semanales laboradas con un promedio de 44,2 que lo deja por encima de México y Honduras que están entre los más altos. Otras mediciones señalan que Colombia, junto con Argentina Perú, Uruguay, Cuba, Bolivia, México y Paraguay tienen los máximos promedios con 48 horas semanales.
Otros países le vienen apostando a disminuir horas laborales, pero al menos en Colombia no es el momento más oportuno para seguir aplicando dicha ley como se tiene propuesto. Se debería tener en consideración que el crecimiento de la economía ha sido excesivamente bajo en los últimos años y que reina una gran incertidumbre en todos los sectores económicos del país. El empresariado, además, está sintiendo mucho temor porque el Gobierno Petro tiene en trámite para su aprobación en el Congreso una reforma laboral que también plantea modificar cosas como el pago de las horas nocturnas, para que comience a las 7:00 p.m. y no a las 9:00 p.m. como rige, lo que llevará a sobrecostos laborales.
Algunos teóricos aseguran que no por trabajar más se es mayormente productivo y que hay países europeos como Alemania y Noruega, por ejemplo, que están entre los que más le aportan al Producto Interno Bruto y trabajan en promedio menos de 35 horas semanales. Pero es Europa y son países con condiciones bastante diferentes, muy alejadas de la realidad colombiana y así no nos podemos comparar con esta parte del mundo. Mientras tengamos problemas económicos y sociales tan difíciles de superar, siquiera en el mediano plazo, no podemos estar pensando en ejecutar medidas como si fuéramos uno más de los países desarrollados.


Acortar más el tiempo efectivo trabajado, cuando lo que se requiere en este momento es mano de obra que esté impulsando la economía, no es sensato. Los resultados de las empresas no pueden seguirse impactando porque lo que vendrá es el cierre de muchas de ellas y la desaparición de puestos de trabajo, más gravoso todavía. Esto hace parte del ciclo económico, en el que mientras no estén dadas las circunstancias para trabajar menos horas porque se pueden compensar con otros resultados, será nefasto para la economía y para los trabajadores insistir en hacerlo.