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Si nada irregular tiene que sortear la Alcaldía, abril del 2025 será la fecha en la que buena parte de la avenida Santander en Manizales contará con un carril ciclopreferencial. El proyecto consiste en reducir el separador central de la avenida a un ancho de 70 centímetros, desde Fundadores hasta El Cable, para devolverles a los carriles vehiculares los 6 metros que fueron reducidos en mayo del 2020 cuando la administración de Carlos Mario Marín puso a operar de forma provisional unos espacios para bicicletas al lado izquierdo de cada sentido vial.
El alcalde Rojas en campaña fue enfático en que este espacio debía ser suspendido por antitécnico y carecer de planeación, pero ya como mandatario cambió su posición y anunció presentar una propuesta con base en estudios. Esta franja sigue habilitada en la Santander por decisión judicial, y desde sus inicios desató radicales posiciones entre los que la aplaudieron por sentir que es una forma de circular más segura y los que la critican porque se dispuso en una avenida muy estrecha para tantos usos y actores viales, entre ellos los ciclistas que no respetan las señales de tránsito y vuelven más problemática la movilidad.
Quizás la nueva decisión de la Alcaldía Rojas no satisfaga a los que anhelaban una ciclorruta con todas las de la ley por otro trayecto, pero no hay cómo hacerla. La ciudad no tiene avenidas grandes que faciliten este tipo de obras. Para hacer el carril ciclopreferencial supuestamente se respetará la arborización que hay en los 3,3 kilómetros del recorrido. Son 242 árboles, que según el secretario del Deporte Municipal, Diego Espinosa, no tienen que talar ni mover. Así se deberá cumplir porque no se puede acabar con los pocos árboles que hay en estas cuadras.
La Alcaldía invertirá en el proyecto $2 mil 500 millones; aunque mediciones de Manizales Cómo Vamos indican que entre 2022 y 2023 disminuyó el uso de la bicicleta como principal medio de transporte en la ciudad, pasando de 2,2% a solo 1%. Sin embargo, también se les devolverá espacio a los otros vehículos, eliminando tener que reñir por la estrechez actual o que las motos hagan maniobras prohibidas para llegar primero a una esquina. En este proyecto vienen las fases precontractuales, para iniciar obras por cuatro meses a partir de enero después de la Feria del 2025.

Sin embargo, será un nuevo diseño de avenida en el que al reducir el separador central, que ha servido de freno en casos de accidentes y de protección para los peatones que tienen que cruzar, podría empezar a ocasionar otro tipo de riesgos, por eso se requerirá mucho control y cultura vial. Todos los conductores, incluyendo a los ciclistas, deberán tener muy presente al peatón. Ojalá los estudios con los que se iniciará la obra hayan tenido en cuenta estas situaciones; no que por acatar la petición de los ciclistas, se salga sacrificando al resto de ciudadanos y el ornato.