Foto | www.freepik.es | LA PATRIA | Alimentarse con comida real es el primer paso camino a la salud. Ello debe complementarse con la exposición regular al sol, pues este es crucial para la trasformación de la vitamina D. La actividad física no puede faltar.
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"Somos lo que comemos. La alimentación juega un papel importante en conservar la salud. Cuando no ingerimos alimentos, sino productos, toxinas y otras sustancias que nuestro cuerpo no está creado para soportar, terminamos generando enfermedades crónicas, que pueden llevarnos a la muerte".
La premisa es de Juan Esteban Múnera, médico funcional, especialista en nutrición. Él, desde su adolescencia, desarrolló diabetes, enfermedad que lo tuvo en coma y que, por poco, le quita la vida.
Su invitación para con los lectores de LA PATRIA es la de tener una alimentación saludable, con productos naturales, ojalá de tipo orgánico y libre de químicos. Insta a tener un buen descanso nocturno y a no saltarse las comidas; mientras sugiere conseguir acompañamiento, al respecto, con un especialista de confianza.
"La alimentación es una pieza fundamental para el desarrollo de múltiples enfermedades y, a su vez, para la prevención de las condiciones que se generan con los malos hábitos. Podemos ingerir sustancias precursoras de enfermedades o abstenernos de ello. Es decisión de cada quien", dijo.
Del balance
El balance en la alimentación, según Múnera, es bioindividual y eso se determina por la edad, el sexo, la actividad física que realice la persona y de la intención que tenga con su alimentación; sea eliminar grasa, aumentar masa muscular u otra cosa.
"Hay que hablar de una alimentación real, que sirve para evitar enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cáncer, etc. Esta debe ser rica en productos que provea la tierra, en su forma natural", insistió.
En las ingestas diarias, las frutas, las verduras, los cereales, las leguminosas deben predominar; y las proteínas y las grasas saludables no deben faltar. Tiene que haber un balance adecuado de carbohidratos simples (papa, yuca, etc).
Tocando esto último, Múnera expuso cuatro puntos que hacen la diferencia frente a la forma de alimentarnos:
1. "Se tiene que decir no a las carnes ahumadas y ultraprocesadas. Están catalogadas en el grupo de productos que pueden generar cáncer. Es que en su proceso de curamiento, se generan múltiples sustancias nocivas; aparte de los edulcorantes y saborizantes artificiales que les agregan".
2. "Los azúcares refinados se tienen que eliminar de lo que regularmente se come. Este producto es un alimento, por ejemplo, para el cáncer. Hay que tener cuidado con el azúcar que se pone en la mesa, con la que está presente en los paquetes. Los azúcares de las frutas no ocasionan daños al organismo".
3. "Los fritos, cuando se hacen con aceites vegetales hidrogenados (palma, girasol, soya), dan lugar a sustancias que -en muchos estudios- se han determinado como posibles precursoras de tumores. Una es la acrilamida".
4. "Hay que evitar los alimentos carbonizados, los que se queman, pues producen compuestos que llevan a procesos oxidativos. La alimentación debe tener múltiples cantidades de colores. Las frutas y las verduras moradas tienen una gran cantidad de antioxidantes, que ayudan a prevenir enfermedades. Los vegetales de hoja verde, sobre todo las oscuras, son ricas en folatos. Estos protegen a nuestro cuerpo".
De lo emocional
"Las emociones también enferman", subrayó el médico Juan Esteban Múnera. Él dijo que cuando vivimos en medio de la rabia, el resentimiento, el rencor, hay enormes posibilidades de desarrollar enfermedades físicas y de corte mental.
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Juan Esteban Múnera.