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Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
Teniente coronel Sandra Bibiana López Duque.

LA PATRIA | MANIZALES
Hace un año y medio el mando institucional de la Policía Nacional dispuso el traslado a Manizales de la teniente coronel Sandra Bibiana López Duque como directora de la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez. Coincidió con que le estaba dando no solo una responsabilidad enorme como formadora de los futuros patrulleros, sino también la posibilidad de estar cerca de su familia, con sus dos hijos, manizaleños de nacimiento, mientras su esposo, al igual que ella oficial de policía, se desempeña en otra área del país. 
Además de su ejercicio como oficial de la Policía Nacional, ha cursado dos carreras en centros de educación superior de la misma institución: Administración Policial y Administración de Empresas. Es especialista en Investigación Criminal y recientemente se tituló en una maestría en Seguridad Pública.
En entrevista con LA PATRIA habló de su pasado y presente profesional y personal. También de los retos que tiene a cargo.

¿Cuánto tiempo lleva en la Policía?
Ingresé a la Institución en el año 96, quiere decir que llevo 25 años en la institución.

¿De qué parte de Caldas es exactamente?
Soy oriunda de Manizales, pero mi mamá fue docente durante 40 años en Chinchiná y mi papá trabaja en la fábrica de Café Liofilizado. Allá nos fuimos a vivir desde muy jóvenes. Hice todos mis estudios en el Colegio Santa Teresita. Cuando terminé el grado 11º ingresé a la Escuela para Oficiales de Policía.

¿Cómo descubre su vocación?
Es una reflexión que hago hoy. Cuando uno va ingresar es difícil saber que es su vocación porque es una institución que uno no conoce. Antes pensé en ingresar al Ejército, pero me explicaron en ese tiempo que las mujeres allá no tenían mando sobre el personal. No era eso lo que yo quería, sino una carrera donde pudiéramos tener igualdad de oportunidades hombres y mujeres, por eso opté por la Policía Nacional. En ese tiempo yo había presentado exámenes para la Universidad de Caldas, a Medicina. Había pasado y tenía las dos opciones, pero pensé que si ingresaba a la universidad luego no podría pertenecer a la Policía, mientras que estando en la Policía tal vez si se me daban los espacios para que yo pudiera ir a la universidad. Entré a la Policía y ahí es cuando uno empieza a enamorarse de la institución y concluye que esto sí es una vocación.

Debió ser una estudiante con buenas calificaciones para ser admitida en Medicina, de la Universidad de Caldas. ¿Así siguió en la Escuela de Policía?
Siempre me ha gustado asumir retos importantes, entre ellos sacar buenos resultados en las pruebas que me han impuesto. En la Escuela de Oficiales fui brigadier todo el tiempo. A las personas que obtienen los primeros puntajes las nombran, es como decir comandante sea de sus compañeros o de las compañías menos antiguas. Aún me encuentro con los oficiales de la época y lo recuerdan. En el colegio también tuve buenas calificaciones.

¿Cuál es su reflexión sobre el rol de la mujer en la Policía?
El proceso de la mujer en la Policía no es nuevo, La primera fue María Eugenia Rojas, hija del general Rojas Pinilla. La misión inicial era atender niños, pero hoy hemos visto que es necesaria en todas las dependencias y líneas institucionales. Tenemos mujeres operativas, del servicio de inteligencia, en lo social, policía judicial, proyección a la comunidad. No hay cargos específicos para hombres y mujeres, la Policía respeta y quiere a las mujeres, le ha dado un lugar, no preferencial sino de igualdad. Cuando se busca un cargo es por perfil, competencia, idoneidad, experiencia, no por género.

¿En qué regiones del país ha estado?
En 25 años es mucho lo que uno alcanza a conocer y recorrer en Colombia. Recién salí como subteniente de la Escuela Francisco de Paula Santander me asignaron al Departamento de Policía Huila, una época fuerte de violencia en el país, pero esa fue mi primera unidad y la recuerdo con afecto. Después fui a Risaralda, Boyacá, Santander, Magdalena y parte de la Costa, Bogotá... son bastantes regiones del país.

¿Qué recuerda de la sensación que tuvo al recibir la asignación a Manizales?
Feliz, porque para mi es un sueño hecho realidad, un reto importante porque ser director implica unas responsabilidades inmensas, pero feliz de estar en mi región, en mi tierra, obviamente es una escuela que llevo en mi corazón. Mi compromiso es hacer todo lo posible para que sea la mejor del país.

¿Cómo le notificaron que iba a dirigir la Escuela?
El mando analiza las hojas de vida de sus directores y comandantes antes de nombrarlos y define a que sitio le corresponde cada persona. En mi caso me llamó el jefe de procedimientos de personal de la Dirección de Talento Humano y me notificó. Eso es una sensación hermosa. No lo busqué, uno no puede elegirlo, cumplimos las órdenes que el mando imparte, pero en este caso incluso el mando no era consciente de que era de Manizales. Creo que lo miraron un poco por el perfil, pero afortunadamente estar cerca de mi familia es una gran bendición.

¿Qué significa ser la directora de los futuros patrulleros?
Este es un proceso muy hermoso, la transformación que viven los muchachos es maravillosa. El equipo de trabajo es excelente, muy preparado, idóneo, que sabe lo que hace, porque no solo buscamos formación académica sino integral. Estamos convencidos que para ser buen policía primero hay que ser buena persona, ciudadano, hijo, papá, etcétera. Obviamente buscamos una rigurosidad académica, que es acompañada por otras dimensiones, como la espiritual, emocional, física y la cognitiva. El reto es que todas las dimensiones estén equilibradas y que la formación sea útil para que tengan un buen desempeño profesional y sean los mejores del país.

¿Tiene alguna meta personal con la Escuela de Carabineros?
Cuando llegamos a una unidad priman los intereses institucionales. Sin embargo, cada comandante le imprime un poco su sello personal. Por eso hemos propuesto unos proyectos de desarrollo académico y en infraestructura. Presentamos un proyecto de edificio, dotado con tecnología que permita tener un polígono virtual, aulas de sistema táctico básico policial, que es transversal a la formación, enfocada en derechos humanos. Queremos que nuestros muchachos sean expertos en procedimientos policiales, entonces tenemos un aula de entrenamiento, con auditorios y espacios de bienestar. El segundo proyecto es patrocinado por la Embajada Americana, se hizo una consecución de recursos importantes. Se trata de observar desde una gradería cómo se están realizando las prácticas. En este caso el techo es corredizo y permite que desde una tribuna el docente y compañeros observen el procedimiento, detecten errores y lo mejoren. Esto es para entrenar de una manera más adecuada. Otra obra es un edifico habitacional múltiple, con auditorios, aulas, gimnasio y alojamientos, que será inaugurada próximamente.

Coronel Sandra López

La directora quiere imprimir su sello personal en la Escuela con obras que mejoren la formación de los patrulleros.

¿Cuál es la función de los carabineros?
La especialidad de Carabineros es la más antigua de la Policía. La institución nació como Policía de Carabineros y siempre ha estado enfocada en la parte rural. Cómo escuela tenemos dentro de las funciones sustantivas una que es proyección social con el deber de interactuar con la comunidad. Las actividades las podemos realizar en todo el departamento, pero previamente coordinadas con los señores comandantes (de la Metropolitana y de Caldas). Lo que hago es informar a cada uno las actividades que vamos a desarrollar y procedemos. También ocurre que si necesitan nuestro apoyo vamos y los acompañamos.

¿Aquí también se forman carabineros?
Sí, en este momento tenemos un curso de carabineros con 20 patrulleros entre hombres y mujeres, Tenemos nuestros docentes maestros de equitación que desarrollan un plan de estudios con ellos. Son seis meses en los que reciben su entrenamiento y luego se van a desarrollar sus servicios en cualquier parte del territorio colombiano. El principal requisito es el querer, primero que todo hay que amar los animales.

Capacidad instalada
La Escuela de Carabineros de Manizales cuenta con capacidad para 850 jóvenes en formación. Allí viven, reciben clases y están de tiempo completo. Al año reciben sus títulos como técnicos profesionales en servicio de policía y sus grados de patrulleros.  Luego son asignados al resto del país.

Graduados
Desde que dirige la Escuela de Carabineros se han graduado seis cursos de policía. En la institución reciben promociones cada tres meses y al mismo ritmo se dan las graduaciones. El año pasado tuvieron 1.400 jóvenes. Hace dos semanas ingresaron 472 muchacho, mientras que hace tres meses se graduaron 600. La formación dura un año.

Metas nacionales
La meta de las 12 escuelas del país es entregar al servicio entre cuatro mil y cinco mil nuevos patrulleros por curso para cubrir a los que se van y que así no haya déficit en las ciudades.