Nadie sabe dónde está el Mono, ni qué le ocurrió. Temen que esté muerto. El pasado 25 de diciembre, los vecinos del barrio Aranjuez, quienes adoptaron y se dedican a cuidar al perro callejero, le perdieron el rastro y creen que alguien lo mató.

La denuncia la expuso la líder animalista Daisy Zuluaga, a quien la ciudadanía le solicitó buscar el apoyo de las autoridades para saber qué ocurrió con el canino, de unos 9 años.

Según indicó, una vecina que cuidaba del Mono, se dio cuenta de que el estallido de la pólvora lo asustó, por lo que huyó a una tienda en donde pretendía resguardarse, pero el propietario del negocio se negó a dejarlo entrar.

La reacción del perro fue tirar a morder y alguien, dentro del negocio, lo habría agredido con un palo, lo tiró a la calle y desde entonces no se volvió a saber nada. Supuestamente murió a causa del golpe, pero no se sabe si sobrevivió y huyó, o tal vez lo botaron ya muerto.

La indignación ciudadana llevó a Zuluaga a averiguar con las autoridades sobre lo ocurrido, pero todo transcurrió en medio de rumores y desde el CAI aseguraron no saber nada. LA PATRIA se comunicó con la Policía e indicó que solo hasta este sábado se supo del hecho.

Se supo que la presunta agresión no se reportó ante la línea de emergencia y no se encontró el cuerpo del animal, y se procedió a hacer una mediación policial entre la testigo y el propietario de la tienda, debido a las diferencias que se estaban suscitando entre ambos.

El propietario del negocio se comprometió con ayudar a buscar al Mono. Sin embargo, hasta el momento nadie tiene razón del can que tanto quería la comunidad del barrio Aranjuez.

Sobre la protección de los animales

1.Los artículos 185A y artículo 339ª del Código Penal hablan acerca de los delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales.

2.“El que, por cualquier medio o procedimiento maltrate a un animal doméstico, amansado, silvestre vertebrado o exótico vertebrado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud o integridad física, incurrirá en pena de prisión de uno a tres años, e inhabilidad especial por el mismo periodo para el ejercicio de profesión, oficio, comercio o tenencia que tenga relación con los animales y multa de $7 millones a $84 millones”.

3.Los animales son seres que sienten, no son cosas y recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor en especial causado directa o indirectamente por los humanos, así lo declara la Ley 1774 del 6 de enero del 2016.

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