Las protagonistas de estas historias recuerdan la importancia de unirse y denunciar antes de que algo peor ocurra.

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Las protagonistas de estas historias recuerdan la importancia de unirse y denunciar antes de que algo peor ocurra.

También usé ropa larga para que no vieran mis golpes

Soy Valentina Londoño y un día también amé mucho a alguien que me golpeó. Justifiqué el dolor por estar enamorada, también les mentí a mis amigos para que lo aceptaran. Me esforcé para que la relación funcionara, aunque eso me costara toda mi energía.

Estuve tan insensibilizada al dolor, que llegué a pensar que seguramente la culpa fue mía por hacer que se enojara. También usé ropa larga para que no vieran los golpes. Perdí peso durante la relación, pasé noches sin dormir, normalicé infinitas infidelidades. Como tú, quizá tampoco entiendo en qué momento me envolví en el ciclo de la violencia.

Probablemente, si me lees, creciste con un padre violento o algo parecido. “Ya sabíamos sufrir, después de todo, lo aprendimos en casa”. ¿Por qué no salí huyendo de ahí? Quizá, como tú, me conmovió su infancia o saber que podía ayudar a alguien.

Finalmente, esa madrugada, algo se quebró dentro de mí. Yo estaba en el piso después de que él me tirara allí. Me dolían el estómago y el seno por sus puños. Sin embargo, no fue exactamente eso lo que hizo que yo reaccionara, sino que él estaba a mi lado, tranquilo, de pie, revisando mi celular. No importaba si yo lloraba.

Pero, ¿por qué yo podía ser empática con su dolor, pero él jamás con el mío? En ese momento, decidí que no iba a desperdiciar mi vida con alguien que me enfermara de esa manera. No le iba a regalar más ni mi tiempo, ni mucho menos quería seguir llamando amor a eso. Si de algo me convencí, es que haría todo para dignificar mi vida.

Si tuviste el valor, como yo, de hacer una denuncia pública, te quiero decir que no eres responsable de las opiniones de los demás, mucho menos cuando se usan sus banderas políticas para tomar bandos de quién es el bueno o el malo. Te quiero decir que, por una vez, permítete tener una vida que rompa todo tipo de patrones.

Si estuviste en una relación violenta, no creas, por favor, que porque ha pasado el tiempo has sanado. Realmente, ahora es tu responsabilidad ir a terapia. Busca la raiz de por qué estuviste tan cómoda en medio del caos. Por favor, ten valor de vivir una vida digna.

Una vez, un amigo me dijo: “Ya pasaste por esto, ¿qué vas a hacer para que esta vez sea diferente?” Todos los días seguimos siendo aprendices. Abraza tu dolor hasta que se transforme y sé consciente de que la violencia no va a volver a ser la historia de tu vida.

 

Solo era un lobo disfrazado de oveja

Soy Sandra, una mujer que fue víctima de acoso sexual y de maltrato de un hombre sin escrúpulos que no conoce el respeto y el valor tan grande que tiene una mujer. Yo, como cualquier mujer, soy trabajadora, tengo una hermosa hija y por cosas de

Al principio mostró ser una persona confiable y amigable, pero solo era un lobo disfrazado de oveja, un monstruo que me acechaba como un animal cuando desea ansiosamente su presa. Empezó a hacerme invitaciones que rechacé.

Hubo momentos en que incluso se me escondía para el observar y escuchar conversaciones con otras personas. Muchas fueron los llamados de alerta, pero no las vi ni me di cuenta de que estaba a punto de vivir una experiencia que ninguna persona debe experimentar.

Un día me dispuse a salir con una amiga a un sitio público, hasta donde llegó mi agresor. Constantemente me invitaba a bailar y a tomar del licor que él consumía. Su respuesta fue delatarla ante la expareja de ella y ante mi reclamo, me respondió con una golpiza.

Me causó graves heridas en el rostro, pero más en el alma y un inmenso dolor a toda una familia, especialmente a una hija que no entendía por qué golpearon a su mamá, con tanta sevicia que me dejó inconsciente.

Esta historia la cuento para que las mujeres que son o han sido víctimas de acoso o de cualquier clase de maltrato alcemos la voz y denunciemos a estas personas. Un hombre de verdad jamás mide su fuerza con la de una mujer, un cobarde de este tipo debe pagar las consecuencias de sus actos.

Nosotras somos seres increíbles, damos vida, formamos hogares y somos echadas para adelante, valemos oro, merecemos ser respetadas y valoradas, no sometidas a palabras vulgares, amenazas y mucho menos a golpizas.

Mujer guerrera, hermosa, fuerte y valiente, tú que estás pasando por algo similar, no esperes para denunciar. Hoy son golpes y amenazas, mañana puedes ser una víctima mortal. No lo permitas, quiérete y cuídate, y recuerda que denunciando no solo estamos rechazando su comportamiento, también estamos ayudando a otras mujeres.

 

¿Dónde está la justicia? Mi hermana salió huyendo

Soy Sandra, y mi hermana fue víctima de un sujeto que se obsesionó con ella, cuando lo único que hacían era compartir apartamento, sin ella involucrar algún tipo de sentimiento. Destruyó la vida de mi hermana y nosotros sus allegados somos todavía, un año después, las víctimas.

Fue hace un año que esta persona esperó a mi hermana afuera de su lugar de trabajo con un arma cortopunzante de gran tamaño, días antes nos dijo a las personas cercanas que la iba a picar, y todo el mundo iba a saber quién era él y lo iban a "respetar".

Mi hermana aprendió ahí qué era la violencia psicológica, tener delirios de persecución y hostigamientos. Hubo muchas afectaciones psicológicas, sin contar los daño físicos a personas que no tenían nada que ver con ellos.

A mi padre, un adulto mayor con párkinson, se le exacerbó el padecimiento al leer las amenazas que este hombre enviaba, mi madre no tiene vida al escuchar una moto, ¿y quién responde? A este personaje lo llevaron a un CAI, quedó libre y nos preguntábamos hasta dónde tiene más derechos el victimario que la misma víctima.

El caso terminó cerrado como "conflictos entre compañeros de cuarto", y nos preguntamos, ¿Dónde está la justicia? Mi hermana, violentada psicologicamente, y cerca de ser otro caso de feminicidio, ahora no vive en la ciudad, salió huyendo porque el sujeto continuó pasando por su lugar de trabajo, renunció, dejó a mis padres y su vida.

Si tú mujer que lees esto, has sido víctima, aún sin que te toquen, pero has recibido gritos, amenazas físicas y psicológicas, te invito a que denuncies, no te importe el qué van a decir los demás, si te van a señalar, si te vas a exponer, a que no tengas miedo.

Créeme que ese hombre tiene más miedo que tú, denuncia por ti, por todas las mujeres que podrían ser y por todas aquellas mujeres que ya no están, que no pudieron abrir sus labios, alzar su voz, pedir ayuda. Y recuerda mujer que unidas somos más.

Y si sientes que la justicia de este país no es tan justa, porque hay politiquería, como le pasó a mi hermana, continúa con tu lucha porque tarde o temprano, tu voz no podrá seguir siendo anulada y se escuchará tan alto porque vas a cantar tu victoria.

 

Este año, 3 mujeres han sido víctimas de feminicidio en Caldas:

  • Yuliana Andrea Carmona Tovar, en Manizales.
  • Leidy Tatiana Soto Hurtado, en Palestina.
  • Luz Estrella Aguirre Henao, en Aguadas.

 

Denuncie la violencia contra la mujer

Las líneas de atención para reportar cualquier caso de violencia intrafamiliar:

  • Línea púrpura #155, atendida por personal de la Policía Nacional y tiene competencia nacional.
  • Línea de la Policía 123 o directamente en las estaciones o inspecciones de Policía, donde pueden recibir la denuncia y proteger a las víctimas conduciéndolas hacia lugares seguros.
  • Fiscalía General de la Nación llamando a los números 018000919748 o línea celular 122, con atención las 24 horas del día.
  • ICBF de manera física o a la línea 141 o a la línea nacional 018000112440.
  • Hospital Público de cada municipio, personerías municipales.
  • Defensoría del Pueblo a través de la app Contigo, como herramienta tecnológica que permite georreferenciar los casos y reportarlos en tiempo real.

 

Línea de atención en Manizales

La Secretaría de Salud Pública recuerda su estrategia Estamos contigo, con la que ofrece acompañamiento psicológico gratuito a quien considere necesitarlo: Línea 123, opción 3, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Centros de Escucha: 3205620449.

 


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