Cuentan los que conocieron a Javier Emir Aristizábal, "Barrabás", que fue tanto su amor por el Once Caldas, que perdió el empleo por ver los partidos de su equipo amado.

"Él llegada, parqueaba el bus (el 55) en las afueras del estadio y entraba a fútbol. De la empresa se dieron cuenta y le empezaron a llamar la atención hasta que lo despidieron", recuerda Lady, su hija.

Barrabás, así se le conoció en el mundo del Once Caldas, falleció el domingo pasado y este martes (14 de enero) fue homenajeado en la puerta 18 del estadio Palogrande antes de ser cremado.

Al lado de El Loco Darío, Bolívar, José H. López fueron los pioneros de los hinchas que animaban a los demás aficionados en las gradas del antiguo Fernando Londoño y Londoño.

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De sus iniciativas nacieron las barras Empresa Arauca, Barra Popular Número Uno, Barra Popular Fátima, Barra Afga, Barra Café Adamson y otras más.

Javier Emir nació en Manzanares, pero antes de radicarse definitivamente en Manizales, vivió en Pereira y Cali. En Manizales se casó con Olivia, unión de la que nacieron Viviana, Holman, Lady y Gisell.

"Mi papá fue conductor toda la vida, desde muy joven, por eso su llegada a Socobuses. Fue el primer conductor que iba a La Enea. No dejaba a nadie, a todos los llevaba", cuenta Lady.

Como lo echaron de la empresa de transporte urbano, se transformó en comerciante y empezó a transportar hinchas del Once Caldas a todos los estadios del país. Traía mercancía de todo tipo a la ciudad y cada que el equipo jugaba afuera, parqueaba los buses al frente del Café Comercio y armaba las caravanas.

Lady dice que, siendo muy niña, viajó con su padre a muchos estadios, incluso, salía a la cancha del Palogrande cuando el equipo saltaba para empezar los partidos como local.

"Le decía a mi mamá, hoy no mande a la niña a la escuela porque viaja conmigo".

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Barrabás es considerado como el pionero de las excursiones de los hinchas del Once Caldas a otros estadios. Muchos jóvenes que viajaron con él aprendieron y ahora no solo acompañan al equipo a todos los estadios del país, sino también, arman excursiones como lo hacía Barrabás.

Su último ciclo en el Palogrande lo vivió en el segundo piso, vendiendo comestibles en los partidos, como lo hizo durante los últimos 30 años.

Hoy, antes de ir a su última morada, el cuerpo de Barrabás fue llevado al Palogrande, en donde forjó la imagen de un hincha incondicional que quedará en la historia del Once Caldas.

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