Fotos | Darío Augusto Cardona | LA PATRIA
Los cruces diarios de grandes tractomulas siguen siendo un espectáculo entre la comunidad.
LA PATRIA | MANIZALES
Imagínese una L, una escuadra, un corte exacto de 90 grados. Así es la vía principal del corregimiento de Padua, paso obligado cuando se viene hacia Letras o Manizales o los conductores van hacia Petaqueros, se dirigen a Fresno o continúan hacia Bogotá.
Eso es precisamente lo que alerta a los habitantes, pues cuestionan el riesgo continuo que se mantiene ante cualquier accidente en esta localidad, perteneciente al municipio de Herveo, en el norte del Tolima.
"Esa curva es muy delicada, ante todo los fines de semana que se generan unos trancones de locos", sostiene Camilo Zuleta, representante del bar El Estanquillo.
"La verdad es un paso bastante peligroso, a veces los carros grandes, sobre todo las mulas, quedan atravesadas y generan trancones, uno no sabe qué solución se podría tener allí", dice Ceneida Arcila, administradora de un asadero de pollos que recién montó y que aún no ha definido cómo llamará.
La L en Padua
El mayor riesgo es para unos locales puntuales como el que está erguido justo en medio de estas dos vías que forman la escuadra yendo para Manizales y viniendo hacia Bogotá.
Se trata del local Billares La Avenida, concurrido por el buen café, la charla de amigos y quienes, aunque no entren al negocio, se paran a conversar en este punto donde hay mayor movimiento comercial.
Por esta razón Juan David Galeano, administrador del local, insiste en que es un riesgo demasiado grande ya que los camiones tienen que invadir el carril contrario para girar y solo se puede generar un paso a la vez.
"No sé qué gestión se ha hecho, pero llega al punto que todo depende de la pericia del conductor que se asoma para pasar o en otras ocasiones reversar y darle paso al que está más de frente y asume la vía".
Juan David recuerda que hace como 6 o 7 años tumbaron la pared de este local. "Un camión pasó tarde de la noche, pasó muy volado y puuuummmm, la elevó. Fue casi a la madrugada y eso fue lo que nos salvó", dice Juan David mirando concentrado hacia arriba, como tratando de repasar el daño que se generó.
Lo que les han dicho a los habitantes
En el comando de Policía y en los locales contiguos aseguran que no han visto accidentes recientes o afectación con peatones, pero aseguran que sí saben de la historia del lugar. "Nos han comentado que se han presentado varios accidentes porque la curva es un poco complicada para pasar. Uno no ve qué se puede hacer, pero en algo se debería pensar, ¿o no?", dice Yisela Tatiana Escobar, del negocio Pizzas, Sabor y Amor, construcción que está justo al frente de los Billares y quien también ha visto cómo muchas mulas hasta se han tenido que montar al andén para dar la curva y continuar.
¿Y los fines de semana qué pasa en el corregimiento?
"Pero no han visto nada", dice doña Leonilda Valencia, quien habla con su sobrina, Martha Jackeline Valencia, de las obras que hoy se construyen en Padua y que aumentan la congestión ante todo los fines de semana. Se suma la llegada de los aguacateros que circulan por la L y que paran en el espacio para negociar sus productos, tarea que se prolonga y que complica el paso. "Eso es una mano de camiones de ahí pa' allá muy horrible, arman unos trancones que mejor dicho", sostiene Martha Jackeline.
"Sería muy bueno que arreglaran ese paso, eso es peligroso porque llega mucho carro con plátano, con aguacate y con de todo para cargar y descargar", insiste doña Leonilda. "Yo me he visto hasta cogida ahí, yo que trabajo y que me toca entrar pedidos, me he visto afectada por ese sector", asegura la sobrina.
De las promesas Invías
Las dudas de la comunidad se centran en qué tanto se puede hacer en una ruta que se volvió normal, así a diario los habitantes del sector tengan que pasar con cuidado, salir del andén, correrse cuando llega un camión, gritar "cuidado que ahí viene otro camión", o simplemente servir de guías para dar paso entre uno y otro vehículo en este cruce de 90 grados.
De acuerdo con la secretaria de Gobierno de Herveo, Ana Cristina Soto, es vital entender que se trata de una vía nacional. "Una inversión del municipio no es como muy acorde, aunque la alcaldesa siempre ha estado pendiente de este tema".
Sostuvo que se trata de un proyecto histórico ya que el Invías desde hace mucho tiempo les prometió esta inversión para mejorar el giro en este sector, en especial de grandes camiones.
"Una vez vimos un vehículo demasiado grande que nunca pudo girar, fue imposible porque llevaba unas turbinas muy grandes para una represa. Por eso hemos tenido acercamientos con el Invías, pues son obras con un presupuesto muy grande, Herveo es un municipio de sexta categoría y sus recursos son demasiado limitados, por lo que una inversión de estas proporciones no tendría cabida en un limitado presupuesto de unos $13 mil millones no más", explicó.
Sí ha habido promesas
De acuerdo con la secretaria de Gobierno lo que les dice la comunidad es que la promesa existe, y que el Invías incluso les mostró qué se podría hacer y qué tipo de obras, pero por ahora la situación sigue igual.
En el municipio comentan lo mismo. "Eso como que una vez dijeron que sí, otra vez que pronto habría recursos y después que habría que esperar", dice uno de los habitantes, mientras ve pasar otra tractomula por el sector, haciendo las respectivas movidas para poder girar, lo que se volvió paisaje para la comunidad.
Juan David Galeano está de acuerdo con ello, pero asegura que todos los habitantes que están en la calle hablando o tomándose un tinto siempre están pendientes cuando entra una mula para verla girar, pues aseguran que, aunque ya es muy normal, siempre es un espectáculo que muy pocos se niegan a contemplar, mientras el ayudante o algún colaborador gratuito repite "dele, dele, dele, téngalo ahí, reverse un poco, ábrase más, quiébrela ahí"...
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