En tiempos de mediciones, evaluaciones individuales y colectivas, en la puesta a punto para la liga, todo es utilidad, especialmente si se respalda con buenos resultados.
Pretemporada alentadora en el Once Caldas, aunque sin llegar a estándares que conformen, en el rendimiento.
Complacencia hasta ahora, pero mucho por corregir.
En varios pasajes de los partidos de pre-temporada, se ha visto sin ideas, sin juego, sin profundidad e improductivo por las bandas.
Por momentos incomodo en la zona de gol, incapaz de darle rumbo a los partidos, con dificultades para salir de la presión.
Contra Universitario, aunque rápido en el trámite, muy físico y sostenido en las marcas, careció de continuidad en la creación. Se vio mejor en el segundo tiempo, por la velocidad de los zurdos incorporados, Beltrán, quien castigo el madero; Contreras y Mateo Zuleta, quienes aportaron gambetas con atrevimiento, en velocidad.
Tres opciones tuvieron los peruanos, del minuto 34 al 42 con dos disparos en los palos, por el sector de Patiño. ¡Que mal marca!
Aunque se reivindicó atacando, con el profundo pase para el único gol del partido, el primero de Gilbert Álvarez, el boliviano.
El Once no tuvo toques de distinción. Con algunos pequeños pasajes de aburrimiento, estable en su sistema, sin variantes tácticas para resaltar.
Careció de volumen ofensivo, generó pocas líneas de pase, defendió con agresividad la victoria, pero construyó poco desde la zona de recuperación.
Dayro brillo más en el homenaje a los campeones de Copa, que en el partido. El mayor aplauso fue para él. Poco aportó, al igual que Dorrego. El uruguayo con dos o tres pases sin trascendencia, sin compromiso en la elaboración.
En la fiesta de la Antesala, el profe Montoya. Siempre como ejemplo de supervivencia. Alegría grande verlo en el banco de los entrenadores donde, como ninguno, se consagró.
Aunque sentidas fueron las ausencias de Fabbro, Viafara, Valentierra, Alcázar, Jefrey, Rojas, “chusco” Velásquez y Agudelo, estaban los demás futbolistas, recibiendo el mensaje agradecido de los hinchas que nunca los van a olvidar.
Llega la hora de la verdad. La hora de competir, para medir los alcances del equipo que los directivos han armado. Si puede revalidar la campaña anterior y si hubo acierto en las incorporaciones, que, insisto, hasta ahora no son refuerzos, solo fichajes. Para triunfar, mucho hay que dar.
P.D.: En próxima entrega, quién es quién en el Once Caldas. Quién tiene la última palabra, quienes tramitan, quién rastrea y quién se mueve tras bastidores informando a los directivos los secretos de camerino. Que hay de la vida de Castrillón y cómo va la venta del equipo.